(ZENIT Noticias / Roma, 04.05.2024).- Por la tarde del viernes 3 de abril, el Papa Francisco acudió a una basílica cercana a la catedral de Roma para un encuentro con sacerdotes de esa zona de la ciudad.
Papa Francisco llegó a la parroquia de Santa Croce in Gerusalemme (en el número 12 de la plaza del mismo nombre) a las 4 de la tarde. Ahí se encontró con un centenar de sacerdotes: los párrocos del sector central de la diócesis de Roma, los vicepárrocos del sector, un grupo de rectores de iglesias del centro histórico y varios capellanes de hospitales. El Santo Padre fue recibido por monseñor Baldo Reina, vicegerente de la diócesis de Roma; monseñor Francesco Pesce, coordinador pastoral del sector central de la diócesis de Roma; y don Alessandro Pugiotto, párroco de Santa Croce in Gerusalemme.
Tras un breve saludo del vicegerente y el rezo de un salmo, hubo tiempo para el diálogo con los presbíteros. El encuentro duró algo más de dos horas; después, el Pontífice saludó a todos los presentes, uno por uno, y regresó al Vaticano.
Mons. Reina lo calificó de «encuentro muy cordial». «El Papa -continuó- expresó toda su paternidad hacia los sacerdotes, pero también su peculiaridad pastoral. Fue un pastor que contó su experiencia, dio consejos muy útiles para la situación pastoral en el centro de la ciudad. Todos los sacerdotes estaban muy contentos. Agradecemos al Santo Padre el tiempo que nos dedicó».
«Fue una gran alegría para los sacerdotes del sector poder encontrarnos con el obispo de nuestra diócesis», dijo monseñor Pesce, «intentamos contarle al Santo Padre, tomando prestadas las palabras de Amoris Laetitia, la «maravillosa complicidad» de esta porción de la Iglesia de Roma, en la que está representado el mundo entero, y que será la puerta del Jubileo». La emoción de este encuentro se transformó inmediatamente en gratitud y oración por el Papa. Ha sido un gran momento de comunión, un tramo de camino recorrido codo con codo que nos da un nuevo impulso para nuestro servicio no sólo a los católicos del centro histórico, sino a todo el mundo, que encontramos aquí cada día en los rostros de turistas y peregrinos». No hay muchos «residentes en el centro histórico», prosigue el coordinador pastoral, que también es párroco de Santa Maria ai Monti, «pero la mayoría de los romanos vienen aquí a trabajar. Y aunque no hay muchos jóvenes en nuestras parroquias, por la noche todos los jóvenes de Roma están en el centro histórico».
Hablamos del potencial de las iglesias del centro histórico, no de los problemas», observó el P. Pugiotto, «con la mirada puesta en el futuro, en el Jubileo, en la acogida de los peregrinos, en la acogida de los romanos que vienen a trabajar…». El potencial de las iglesias del centro, que no están muertas, sino vivas. Verdaderamente un hermoso encuentro, en el que el Papa nos ayudó tanto a mirar lo positivo, lo bello’.
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