La mayoría de los abortos (88%) se realizaron antes de las 10 semanas de gestación

Récord de abortos en Inglaterra y Gales: costo de la vida factor determinante

Una de cada 50 mujeres entre 15 y 44 años optó por una interrupción del embarazo

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(ZENIT Noticias / Londres, 28.05.2024).- En 2022, Inglaterra y Gales registraron un récord histórico de 252,122 abortos, una cifra que refleja un incremento del 17% respecto al año anterior. Según diversas organizaciones benéficas, la crisis del costo de vida ha sido un factor determinante en este aumento.

Las cifras equivalen a que una de cada 50 mujeres entre 15 y 44 años optó por una interrupción del embarazo. Las mujeres de 22 años fueron las más propensas a abortar, con casi 38 terminaciones por cada 1,000 mujeres, casi el doble del promedio nacional. Heidi Stewart, directora ejecutiva del Servicio de Asesoramiento sobre el Embarazo del Reino Unido (BPAS), subrayó que muchas mujeres se ven obligadas a no seguir el embarazo debido a la imposibilidad de mantener a un hijo en el contexto actual de crisis económica.

Stewart también destacó que las largas esperas en el Servicio Nacional de Salud (NHS) para obtener anticonceptivos han llevado a un aumento de embarazos no deseados, dejando el aborto como única opción. «Ninguna mujer debería quedar embarazada porque los servicios de salud no le proporcionan la anticoncepción que necesita», afirmó.

El Departamento de Salud y Atención Social publicó datos oficiales que indican que el 82% de las mujeres que abortaron en 2022 eran solteras, una tendencia constante en la última década. Las tasas de aborto más altas se registraron en el noroeste de Inglaterra, con 24.2 terminaciones por cada 1,000 mujeres, mientras que el suroeste tuvo la tasa más baja, con 17.6 por cada 1,000 mujeres.

La mayoría de los abortos (88%) se realizaron antes de las 10 semanas de gestación, y el 61% de estos procedimientos se llevaron a cabo en el hogar utilizando medicamentos. Aunque la ley permite solicitar un aborto hasta las 24 semanas, estos deben ser autorizados por los médicos y se basan en motivos de salud física, mental o razones económicas. Los abortos después de las 24 semanas son raros y solo se realizan bajo circunstancias extremas, como riesgos graves para la vida de la madre o malformaciones severas del feto.

Catherine Robinson, portavoz de Right To Life UK, calificó el aumento de abortos como una «tragedia nacional», argumentando que refleja un fracaso en proteger la vida de los no nacidos y en apoyar adecuadamente a las mujeres con embarazos no planificados. La organización aboga por nuevas protecciones para los fetos y mayor apoyo para las mujeres embarazadas.

Por otro lado, organizaciones que defienden los derechos de personas con síndrome de Down, como Don’t Screen Us Out, expresaron su preocupación por los 760 abortos realizados tras la detección de esta condición. Lynn Murray, portavoz de la campaña y madre de una niña con síndrome de Down, lamentó que el aborto se presente como la solución inmediata tras un diagnóstico prenatal de la condición.

El debate sobre el aborto sigue activo en el Reino Unido. La conservadora Caroline Ansell propuso reducir el límite legal de aborto de 24 a 22 semanas, argumentando que los avances médicos han aumentado las tasas de supervivencia de los bebés nacidos a las 23 semanas. En contraste, la laborista Dame Diana Johnson ha propuesto despenalizar el aborto después de las 24 semanas para evitar que las mujeres enfrenten penas de cárcel, como en el caso de Carla Foster, condenada a 28 meses de prisión por tomar ilegalmente píldoras abortivas durante el confinamiento por Covid-19.

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Elizabeth Owens

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