(ZENIT Noticias / Jerusalén, ciudad internacional, 01.08.2024).- Los cristianos de Tierra Santa han sufrido un “inquietante aumento” de ataques que incluyen escupitajos, acoso físico, daños a propiedades y cementerios e interrupción de servicios.
Los hallazgos son parte de un informe del Centro Rossing con sede en Jerusalén, llamado “Ataques contra cristianos en Israel y Jerusalén Este”, que examinó el aumento de las hostilidades hacia las Iglesias y sus miembros en 2023.
Esto incluyó “un aumento preocupante de agresiones físicas y a la propiedad graves” que afectan a las comunidades de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
En declaraciones a la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Hana Bendcowsky, del Centro Rossing, dividió los problemas que enfrentan los cristianos en la región en «aplastar» y «apretar», términos utilizados por los observadores de derechos humanos.
“El ‘aplastamiento’ describe incidentes como el ataque a la Iglesia de la Flagelación, donde una estatua fue destrozada con un martillo”, explicó.
Estos ataques violentos son llevados a cabo en su mayoría por jóvenes judíos ultraortodoxos marginados con puntos de vista nacionalistas de línea dura, añadió, destacando sin embargo que «incluso entre los ultraortodoxos tal comportamiento no es normativo, la mayoría no iría a una iglesia y destrozaría una estatua de Jesús”.
“Y el ‘apretón’ aleja a los miembros de la comunidad, son incidentes como escupitajos a sacerdotes o a una monja a la que le dicen que se quite la cruz cuando va al hospital. La comunidad está conmocionada y se siente incómoda. Sientes que nadie te quiere; los laicos no sienten esto tanto como el clero, pero son parte de Israel y deben sentirse cómodos en esta patria, y debemos asegurarnos de que así sea”, dijo.
Bendcowsky añadió que, a diferencia de los incidentes de violencia física enumerados anteriormente, estos casos de escupitajos o acoso verbal son llevados a cabo por “miembros de la comunidad ultraortodoxa, hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Podrían ser tus vecinos, podrías verlos jugando con tus hijos”.
El abad Nikodemus Schnabel, de la Abadía Benedictina de la Dormición, en Jerusalén Este, dice que los incidentes de escupitajos, en particular, se han convertido en algo cotidiano. “Desafortunadamente, el acoso por escupitajos es parte de mi vida diaria. Si salgo de mi monasterio es parte de mi realidad. Es un grupo minúsculo, yo los llamo los hooligans de la religión. Por supuesto que hay muchos judíos que son personas realmente maravillosas, que nos apoyan y están muy felices de que estemos aquí, pero la triste verdad es que tenemos este fenómeno y no es raro. Como monasterio también hemos sufrido ataques incendiarios, graffitis de odio y ventanas rotas, y esto está creciendo y creciendo”.
Bendcowsky sugirió que escupir siempre ha sido un problema, pero la tecnología moderna ha permitido registrarlo, por lo que hay más pruebas.
Sin embargo, cree que los 30 incidentes registrados el año pasado probablemente sólo representen la punta del iceberg.
“Necesitamos educar a la gente: no es necesario que te agraden los demás, pero tampoco es necesario escupirles cuando los veas en la calle. La Iglesia tiene la fuerza para decir que puede defenderse, ya que ha estado aquí durante 2.000 años, y decir que puede sobrevivir, pero estos acontecimientos pueden alejar a los laicos y hacer que se vayan”.
El informe sobre los ataques a los cristianos en Israel y Jerusalén Oriental señaló que “cuando se produjo la intervención policial, fue útil”.
La presencia policial resultó eficaz para poner fin a los piquetes del monasterio carmelita de Stella Maris, Haifa, por parte de seguidores del controvertido rabino Eliezer Berland. Grupos de hombres se reunían para orar en voz alta a las puertas del monasterio, pero dos meses de policía en el lugar detuvieron el problema.
La señora Bendcowsky rindió homenaje a los agentes, pero dijo que se puede hacer más: “La policía está abierta a trabajar con la Iglesia y ayudar a la comunidad, pero aún necesitan estar más alfabetizados sobre el cristianismo y los cristianos”.
Y añadió: «La Iglesia necesita valentía para denunciar estos incidentes y acudir a la policía cuando suceden, ya que la situación puede ser complicada y no siempre están seguros de que denunciar estos acontecimientos no les afectará negativamente».
El informe del Centro Rossing señala que los rabinos se han pronunciado en contra de los ataques a los cristianos. Tras los ataques con escupitajos a peregrinos en octubre de 2023, el rabino principal sefardí Yitzhak Yosef enfatizó que tales acciones no tienen cabida en el judaísmo y el rabino principal asquenazí David Lau enfatizó que escupir a los cristianos iba en contra de la ley judía.
“Una declaración oficial de los rabinos es muy importante y puede significar mucho para las Iglesias”, afirmó Bendcowsky.
El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, coincidió diciendo: “Necesitamos hablar con las instituciones religiosas, pero debemos hacerlo con cuidado. Cuanto más hablamos de esto, más fuertes se sienten”.
El Patriarca elogió al Centro Rossing por documentar estos casos. “Necesitamos saber qué está pasando, el número de ataques, por quién, para informar a las autoridades. Incluso si no hacen nada, no pueden decir que no está sucediendo”.
Durante más de una década, ACN ha apoyado al Centro Rossing con diferentes proyectos, incluido el programa «Desarrollar el perdón, superar el odio», que reúne a jóvenes judíos, cristianos y musulmanes y les ayuda a aprender a vivir juntos.
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