(ZENIT Noticias / Melbourne, 15.08.2024).- Un estudio reciente del Instituto de Estudios de Protección Infantil de la Universidad Católica Australiana ha sacado a la luz cifras estremecedoras sobre el abuso sexual infantil en el país. Según la investigación, alrededor de 87.000 australianos fueron víctimas de abusos sexuales durante su infancia en organizaciones religiosas, con casi tres cuartas partes de estos casos ocurriendo en entornos católicos. Estos hallazgos subrayan una problemática que, aunque ha mostrado una disminución significativa en las últimas décadas, sigue siendo motivo de preocupación y reflexión.
El análisis revela que la prevalencia de abuso sexual en contextos religiosos ha disminuido drásticamente en los últimos 50 años. En los hombres mayores de 65 años, la tasa de abuso alcanzaba el 2,2%, mientras que en los jóvenes entre 16 y 24 años esta cifra ha caído al 0,2%. Esta reducción se atribuye a una serie de factores, incluyendo una menor observancia religiosa, la creciente secularización y la implementación de políticas preventivas más estrictas dentro de las instituciones religiosas.
Uno de cada 250 australianos, es decir, el 0,4% de la población, reportó haber sido abusado por un miembro del clero u otro adulto dentro de una organización religiosa. El estudio también destaca que los hombres mayores de 65 años fueron las víctimas predominantes de estos abusos durante su infancia, y que en la mayoría de los casos, el agresor era otro hombre. Estas estadísticas reflejan un patrón que ha sido consistentemente identificado por investigaciones anteriores, incluida la Comisión Real de Australia sobre Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil.
Aunque la Iglesia Católica se encuentra en el epicentro de estos escándalos, representando el 71,9% de los casos reportados, también ha liderado los esfuerzos para erradicar y prevenir el abuso sexual infantil. La implementación de verificaciones de antecedentes, políticas de denuncia obligatoria y programas de capacitación han sido cruciales para reducir la incidencia de estos delitos. Sin embargo, la investigadora Gabrielle Hunt subraya que aún queda trabajo por hacer para alcanzar un entorno completamente seguro para los niños.
Este estudio, aunque pionero en proporcionar estimaciones nacionales sobre la prevalencia del abuso sexual en organizaciones religiosas, admite que sus cifras son conservadoras. No se incluyen en el análisis los abusos perpetrados por adolescentes ni aquellos que ocurrieron en entornos relacionados con organizaciones religiosas, como escuelas y centros de cuidado infantil, lo que sugiere que la magnitud real del problema podría ser aún mayor.
El profesor Darryl Higgins, coautor del informe, enfatiza la gravedad del abuso sexual infantil en organizaciones religiosas, describiéndolo como una traición profunda y una forma de abuso espiritual. No obstante, celebra la notable disminución en la prevalencia del abuso a lo largo del tiempo, atribuyéndolo tanto a cambios sociales como a un compromiso renovado por parte de las organizaciones religiosas en la protección de los menores.
Ursula Stephens, directora ejecutiva de Australian Catholic Safeguarding Ltd., destaca que estos datos son un recordatorio de la necesidad de mantener una vigilancia constante para combatir el abuso infantil. Si bien reconoce los esfuerzos y avances realizados, también enfatiza que la lucha contra el abuso no debe cesar, y que la Iglesia Católica en Australia sigue aprendiendo de sus errores pasados para garantizar entornos seguros para todos.
Australia ha ganado reconocimiento en la arena internacional por sus esfuerzos en la protección infantil. Representantes de diversas instituciones australianas, incluyendo la Universidad Católica Australiana y la Conferencia Episcopal Australiana, han sido elogiados en eventos internacionales por sus aportaciones y compromiso con la causa. Estos logros reflejan un cambio significativo y positivo en la respuesta institucional al abuso sexual infantil en el país.
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