(ZENIT Noticias / Changi, 13.09.2024).- El Papa Francisco, en la última etapa de su viaje apostólico, pasó la mañana en Singapur visitando el Hogar Santa Teresa, una parada tranquila pero significativa que refleja los valores fundamentales de la compasión y el cuidado. El hogar, fundado hace 90 años por las Hermanitas de los Pobres, actualmente alberga a 200 residentes. Entre ellos estaba Khung Seok, un animado residente de 105 años que saludó al Papa con una cálida sonrisa, sosteniendo banderas tanto del Vaticano como de Singapur. La breve visita estuvo llena de momentos íntimos, mientras el Papa caminaba por el patio, pasando por las habitaciones donde los residentes reciben la atención dedicada de los Servicios de Bienestar Católicos.
Después de salir del hogar, el Papa Francisco se dirigió al Catholic Junior College, donde fue recibido por el cardenal William Goh Seng Chye y el ministro de Cultura, Comunidad y Juventud de Singapur, Edwin Tong. El encuentro interreligioso fue un momento destacado del día, que simbolizó la importancia de la unidad y el entendimiento entre las religiones. Jóvenes de diferentes religiones participaron en el evento, ofreciendo testimonios personales y actuaciones que celebraron la diversidad y la esperanza. Un grupo de jóvenes con discapacidades realizó una danza especial, subrayando temas de inclusión.
En sus comentarios improvisados, el Papa Francisco se dirigió directamente a los jóvenes, alentándolos a construir puentes de paz y solidaridad en un mundo a menudo dividido por las diferencias. Sus palabras resonaron profundamente en la audiencia, ya que los participantes participaron más tarde en un acto simbólico de unidad, contribuyendo a una obra de arte titulada «Juntos en la unidad y la esperanza».
Una sentida despedida de Singapur
Tras el encuentro interreligioso, el Papa se dirigió al Aeropuerto Internacional de Changi para una ceremonia formal de despedida. A su llegada, fue recibido una vez más por el Ministro Edwin Tong y otros funcionarios locales. Mientras se preparaba para abordar el avión de regreso a Roma, el Papa Francisco se tomó un momento para expresar su gratitud por la cálida recepción que recibió en Singapur.
Poco después de su partida, el Papa envió un telegrama al presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, en el que ofrecía oraciones por la paz, la unidad y el bienestar de la nación, y agradecía a los ciudadanos de Singapur por su generosa hospitalidad durante su visita.
La partida del Papa de Singapur marcó la conclusión de un viaje apostólico que abarcó varias naciones, entre ellas Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental. Su vuelo a bordo de un A350 de Singapore Airlines partió a las 12:25 p. m., hora local, y su regreso al aeropuerto Fiumicino de Roma estaba previsto para las 6:25 p. m.
Este viaje, lleno de momentos de conexión, cuidado y diálogo interreligioso, reforzó el compromiso permanente del Papa Francisco de fomentar la paz y el entendimiento en un mundo fragmentado.
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