(ZENIT Noticias / Roma, 20.09.2024).- El Vaticano enfrenta un nuevo terremoto mediático, pero esta vez no por cuestiones religiosas, sino por la posible filtración de información confidencial. En el corazón de esta tormenta se encuentra el controvertido caso de la compra de un lujoso apartamento en Londres, un escándalo financiero que sigue generando ondas expansivas dentro de los muros de la Santa Sede y que ha puesto en entredicho la seguridad de sus archivos más sensibles.
Un escándalo que no cesa
El 16 de diciembre de 2023, el juicio sobre la malograda compra del apartamento concluyó con la condena en primera instancia de diez personas, entre ellas el cardenal Angelo Becciu. Pero lo que podría haberse cerrado con un veredicto judicial, ha abierto una nueva caja de Pandora: una investigación interna para desentrañar si se produjeron accesos no autorizados a documentos confidenciales durante la investigación.
El Promotor de Justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, decidió dar luz verde a esta pesquisa en marzo de 2023, ante la aparición de evidencias que sugerían un posible espionaje digital en las entrañas del Vaticano. Aunque algunos medios italianos ya habían dado a conocer la existencia de estas indagaciones, no fue hasta ahora que el Vaticano confirmó oficialmente su preocupación por las posibles filtraciones.
La telaraña del espionaje: Italia, el Vaticano y más allá
Pero este no es solo un caso interno del Vaticano. El telón de fondo de esta trama es un escándalo de espionaje que ha sacudido a la propia Italia. Todo comenzó en 2022, cuando el diario Domani publicó informes sobre Guido Crosetto, actual ministro de Defensa del gobierno de Giorgia Meloni. Lo que parecía un artículo más sobre la vida política italiana destapó un complejo entramado de espionaje estatal, en el que más de 800 figuras públicas, desde políticos y empresarios hasta estrellas deportivas como Cristiano Ronaldo, fueron objeto de vigilancia ilegal.
Pasquale Striano, un agente de la Guardia de Finanzas, fue señalado como el artífice de esta red de espionaje, accediendo a archivos confidenciales de varias agencias gubernamentales para obtener información sensible. Striano no habría actuado solo; algunos periodistas y hasta un fiscal de la Dirección Nacional Antimafia estarían implicados en este oscuro intercambio de datos. Y ahora, los indicios apuntan a que la Santa Sede también podría haber sido víctima de estas incursiones no autorizadas.
La unión hace la fuerza: Alianza judicial entre Perugia y el Vaticano
El Vaticano, en un movimiento inusual, ha decidido cooperar estrechamente con la Fiscalía de Perugia, la cual lidera la investigación del escándalo de espionaje en Italia. Esta colaboración se formalizó recientemente en una reunión entre el fiscal de Perugia, Raffaele Cantone, la fiscal adjunta Laura Reale (quien supervisa el caso Striano), Alessandro Diddi, y el comandante del Cuerpo de la Gendarmería del Vaticano, Gianluca Gauzzi.
Ambas instituciones han acordado un plan de acción para investigar si las filtraciones en el Vaticano están relacionadas con las actividades ilícitas de espionaje que salieron a la luz en Italia. La posibilidad de que archivos vaticanos hayan sido vulnerados plantea un desafío sin precedentes para la Santa Sede, que se enfrenta a la delicada tarea de proteger sus secretos más preciados en un mundo cada vez más digital y menos impermeable.
El apartamento de Londres: Un negocio que costó caro
El epicentro de este terremoto judicial sigue siendo la compra fallida de un apartamento de lujo en Londres. En 2019, cuando el Vaticano aún trataba de mantener bajo llave los detalles del caso, el semanario Espresso desveló que 150 millones de euros del banco del Vaticano habían sido utilizados de manera irregular para adquirir el inmueble, una operación que resultó en pérdidas colosales.
La publicación de estos datos secretos provocó la renuncia del comandante de la Gendarmería del Vaticano, Domenico Gianni, responsable de la seguridad de la Santa Sede en ese momento. Gianni pagó con su carrera un precio alto, en un esfuerzo por restaurar la confianza en el aparato de seguridad vaticano. Sin embargo, las filtraciones no se detuvieron allí, y ahora el Vaticano se encuentra navegando en aguas aún más turbulentas.
Un futuro incierto
A medida que avanza la colaboración entre el Vaticano y la Fiscalía de Perugia, surgen nuevas incógnitas sobre el alcance del espionaje en la Santa Sede y el impacto que estas filtraciones pudieron tener en el desenlace del juicio por el apartamento de Londres. La idea de que figuras de alto perfil dentro del Vaticano hayan sido espiadas o que documentos vitales hayan sido manipulados plantea serios desafíos para la gestión de la información confidencial.
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