(ZENIT Noticias / Jerusalén, Ciudad Internacional, 10.11.2024).- El pasado 4 de noviembre, el Parlamento israelí aprobó el bloqueo en Israel de las actividades de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA), incluida la zona de Jerusalén Este. La UNRWA ayuda a los palestinos refugiados por la guerra de 1948. Israel acusa la UNRWA, sin pruebas y contra el parecer de la ONU, de encubrir a Hamás.
Uno de los dos proyectos de ley aprobados a última hora prohíbe a las autoridades israelíes tener contacto con la agencia, lo que pone en riesgo el trabajo de la UNRWA en Gaza. El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que es una elección «inédita». Varias cancillerías internacionales han criticado y llamado al replanteamiento, pues exacerbará la situación humanitaria de la zona derrumbada en el territorio palestino.
La diputada israelí Yulia Malinovsky respaldó la votación publicando un post donde sostiene que los de «la UNRWA secuestraron el cuerpo de Yonatan Samerano el 7 de octubre e hicimos un mínimo de justicia a los padres de Yonatan». Ante estas palabras de venganza, las imágenes mostradas en el video no están verificadas e Israel no ha aportado pruebas ciertas sobre la participación de 19 miembros de la UNRWA en el ataque. Durante el conflicto, la Agencia ha despedido a nueve de sus 30,000 miembros por presuntas irregularidades.
Jeremy Laurence, portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, declaró el 5 de noviembre que con el bloqueo a la UNRWA «la entrega de alimentos, atención médica, educación, entre otras cosas, se detendría para la mayoría de la población de Gaza».
El primer ministro británico expresó que «solo la UNRWA puede entregar ayuda humanitaria a la escala y al ritmo necesarios». Hizo notar que la nueva ley arriesga de hacer «imposible» la ayuda a los palestinos. El gobierno de Estados Unidos también ha instado al gobierno israelí a frenar la legislación, advirtiendo que su implementación puede generar «una catástrofe».
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, opinó tras la votación que su gobierno está «listo para trabajar con nuestros socios internacionales para garantizar que Israel continúe facilitando la ayuda humanitaria a los civiles en Gaza de una manera que no amenace la seguridad de Israel».
William Bell, jefe de Christian Aid para la región de Oriente Medio, expresó que Israel está «violando las medidas provisionales para prevenir el genocidio ordenadas por la Corte Internacional de Justicia». Y añadió que, «además de las dificultades físicas que impondrá esta prohibición, es parte del desafío continuo del Estado israelí para la elegibilidad de los refugiados palestinos que reclaman el derecho a regresar a sus antiguos hogares en Israel y al territorio palestino ocupado».
En 12 meses, la UNRWA ha llevado a cabo cientos de miles de intervenciones para apoyar a las familias de la Franja de Gaza, con alimentos y atención médica. Sin embargo, sus estructuras no se han librado de la guerra, convirtiéndose en objetivos. Según el último informe publicado en su página web por la Agencia de la ONU, se han reportado 464 incidentes sobre sus instalaciones y personal, incluyendo 74 episodios con interferencias militares en las instalaciones, alcanzadas por municiones o fueron por los militares israelíes que provocaron 563 refugiados muertos y 1.790 heridos en los ataques a sus instalaciones.
Joyce Msuya, coordinadora de ayuda de emergencia de la ONU, comentó en las redes sociales que «toda la población del norte de Gaza corre el riesgo de morir. Este flagrante desprecio por la humanidad básica y por leyes de la guerra debe cesar».
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo el 1 de noviembre que las acciones de Israel en el norte de Gaza «corren el riesgo de vaciar la zona de todos los palestinos. Nos enfrentamos a lo que podría constituir crímenes atroces, que podrían extenderse a crímenes de lesa humanidad».
El portavoz de Unicef, James Elder, avisó sobre el destino de los 2.400 niños que necesitan atención médica urgente, advirtiendo que la tasa de evacuación se ha reducido a menos de un niño por día incluso ante traumatismos craneales, amputaciones, quemaduras, cáncer y desnutrición severa. Y sostuvo que las autoridades israelíes no dan razones para los rechazos.
Subrayó: «Los niños de Gaza están muriendo, no sólo a causa de las bombas, las balas y los proyectiles que les caen, sino porque, incluso cuando ‘ocurren milagros’ o cuando las bombas explotan y las casas se derrumban, y las víctimas aumentan, pero los niños sobreviven, pero se les impide salir de Gaza para recibir la atención urgente que les salvaría la vida.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.