(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 18.11.2024).- En un paso histórico, el Vaticano ha dado su aprobación formal a una serie de adaptaciones litúrgicas diseñadas específicamente para las comunidades indígenas de Chiapas, México. Esta decisión, anunciada por el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, significa un cambio revolucionario en la forma en que la Iglesia incorpora las expresiones culturales indígenas en sus prácticas de culto.
En lugar de descartar estas tradiciones como mero folclore o costumbres, el reconocimiento del Vaticano las eleva a la categoría de «expresiones litúrgicas», fomentando un sentido más profundo de inclusión y respeto por las tradiciones de fe de los pueblos tseltal, tsotsil, ch’ol, tojolabal y zoque.
Innovaciones litúrgicas: la fe a través de lentes indígenas
Entre las adaptaciones aprobadas, destacan las danzas rituales integradas en varias partes de la misa, como el ofertorio y la acción de gracias después de la comunión. El cardenal Arizmendi enfatizó que estos no son actos decorativos sino movimientos meditativos que reflejan la espiritualidad indígena. Acompañados de música tradicional, estos bailes sirven como expresiones contemplativas alineadas con la esencia del rito romano, pero a través de una lente cultural claramente local.
Además, las mujeres de estas comunidades asumirán ahora el ministerio de incensar durante la misa. Utilizando sahumerios culturalmente significativos en lugar de incensarios tradicionales, incensarán el altar, las imágenes sagradas y la congregación. El cardenal Arizmendi aclaró que esta inclusión no es una declaración de igualdad de género sino un fiel reflejo de las costumbres indígenas, donde las mujeres tradicionalmente desempeñan este papel en las oraciones comunitarias.
Participación laica ampliada
Otro cambio notable es la introducción de un papel más importante para los líderes laicos de prestigio moral. Estas personas pueden ahora guiar ciertas oraciones comunitarias, como la oración de apertura, las intenciones y los momentos de acción de gracias, bajo la supervisión y autorización del sacerdote. El cardenal Arizmendi destacó que estas adaptaciones tienen como objetivo profundizar la participación comunitaria sin disminuir el papel del sacerdote como celebrante.
El contexto cultural se encuentra con la doctrina católica
El cardenal Arizmendi describió los cambios como un paso hacia la “encarnación de la fe” dentro de las culturas indígenas. Subrayó que el contenido central del rito romano permanece intacto, y solo se ha adaptado su expresión cultural. Este enfoque busca cerrar la brecha entre las tradiciones católicas universales y las prácticas indígenas locales, ofreciendo una manera para que estas comunidades adoren auténticamente dentro de sus marcos culturales.
“Estas adaptaciones no son una dilución de la fe, sino un enriquecimiento”, explicó, destacando cómo la Iglesia puede guiar las costumbres indígenas hacia la realización en Cristo sin desestimar su valor.
Un modelo para una mayor inclusión
La decisión podría sentar un precedente para otros grupos indígenas de todo el mundo, alentando a los obispos y líderes pastorales a explorar adaptaciones similares. El cardenal Arizmendi instó a los líderes de la Iglesia a abrazar el potencial litúrgico de las expresiones indígenas, instándolos a no reducir estas prácticas a un mero folclore.
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