arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas

arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas Foto: Vatican News

Vaticano pide en la ONU que se siga apoyando agencia para refugiados palestinos condenada por Israel

El arzobispo Gabriele Caccia destaca la terrible crisis humanitaria en Gaza en la Asamblea de la ONU

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(ZENIT Noticias / Nueva York, 18.11.2024).- El 15 de noviembre, el arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, pronunció un contundente discurso ante la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU. Al abordar la creciente crisis humanitaria en Gaza y en todo el Oriente Medio, el arzobispo se hizo eco del llamamiento urgente del Papa Francisco a un alto el fuego inmediato y a un compromiso renovado con la diplomacia como camino hacia la paz.

 El peso del conflicto

El arzobispo Caccia comenzó condenando inequívocamente el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamás contra civiles israelíes, al tiempo que destacó la difícil situación de los palestinos que se enfrentan a una catástrofe humanitaria sin precedentes. En sus comentarios, llamó la atención sobre la inmensa pérdida de vidas, el desplazamiento de familias y la grave falta de acceso a necesidades básicas como alimentos, refugio y atención médica en Gaza.

“El prolongado conflicto ha causado un sufrimiento inconmensurable, con miles de vidas perdidas, incluidos muchos niños”, afirmó. “Familias enteras se ven obligadas a abandonar sus hogares, lo que crea una necesidad acuciante de ayuda humanitaria y solidaridad internacional”.

Subrayó además los efectos dominó de la crisis en las regiones vecinas, en particular en el Líbano, una nación que ya está lidiando con sus propias luchas políticas y económicas.

Un llamado a la integridad humanitaria

Un elemento central del discurso del Arzobispo fue un llamamiento a la protección de los civiles y al cumplimiento del derecho internacional humanitario. Subrayó la importancia de garantizar la entrega de ayuda humanitaria y salvaguardar la infraestructura civil, incluidas las instalaciones médicas, las escuelas y los lugares de culto.

“El respeto por la dignidad humana y la santidad de la vida civil deben guiar todas las acciones en tiempos de conflicto”, instó Caccia.

Apoyo a la UNRWA y su misión

A la luz de la crisis actual, el arzobispo Caccia destacó el papel fundamental del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). La misión de la UNRWA, que proporciona servicios vitales a más de cinco millones de refugiados palestinos, es, según él, indispensable para aliviar el sufrimiento en Palestina, Líbano, Siria y Jordania.

Sin embargo, pidió vigilancia para garantizar que la agencia siga siendo políticamente neutral y eficaz en sus operaciones, y advirtió contra cualquier intento de socavar su mandato. “Debilitar la capacidad de la UNRWA para operar no solo priva a las poblaciones vulnerables de un apoyo esencial, sino que corre el riesgo de erosionar el marco más amplio del derecho internacional”, advirtió.

El camino hacia la paz

Reiterando el apoyo inquebrantable del Vaticano a una solución de dos Estados, el arzobispo pidió que se renueven los esfuerzos para establecer una paz duradera en la región. Citando al Papa Francisco, enfatizó la necesidad de que Jerusalén se convierta en una ciudad de unidad y respeto mutuo entre cristianos, judíos y musulmanes, protegida por un estatus garantizado internacionalmente.

“La verdadera paz solo puede surgir cuando se derriben los muros de la enemistad y el odio”, concluyó Caccia, instando a todas las naciones a priorizar el diálogo sobre la violencia.

Responsabilidad global

El discurso del Arzobispo llega en un momento en que la comunidad internacional enfrenta una creciente presión para responder al deterioro de la situación en Gaza. Sus palabras sirven como un desafío moral y un recordatorio de que lograr la paz requiere no solo el fin de la violencia sino un compromiso con la justicia, la dignidad y la solidaridad.

Mientras la Santa Sede continúa abogando por los vulnerables y desplazados, la comunidad global está llamada a defender los principios de humanidad y compasión en uno de los conflictos más prolongados del mundo.

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Tim Daniels

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