(ZENIT Noticias / Baltimore, 19.11.2024).- La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) se reunió para su Asamblea Plenaria de Otoño en Baltimore, del 11 al 14 de noviembre. Los obispos comenzaron su plenaria en oración en la Basílica de Baltimore y, cuando comenzó la sesión pública de la asamblea, enviaron un mensaje al Santo Padre , seguido de un discurso del Cardenal Christophe Pierre , nuncio papal en los Estados Unidos. El arzobispo Timothy P. Broglio, de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de los Estados Unidos y presidente de la USCCB, también se dirigió a los obispos.
A la sesión plenaria asistió como invitado especial Mons. Stepan Sus, obispo auxiliar y curial del Metropolitano greco-católico ucraniano de Kyiv-Halych, quien compartió su testimonio de la Iglesia en Ucrania en medio de la guerra. El obispo Roy E. Campbell, obispo auxiliar de Washington y presidente del Congreso Nacional Católico Negro (NBCC, por sus siglas en inglés), hizo una breve presentación al organismo sobre la historia, la misión y los programas del NBCC. Y mientras la Iglesia Católica universal se prepara para celebrar el Año Jubilar 2025 , la Hermana María Juan Anderson, una Hermana Religiosa de la Misericordia de Alma, Michigan, que actualmente se desempeña como coordinadora de la Oficina de los Obispos para Visitantes de los Estados Unidos al Vaticano, compartió información sobre su oficina y los servicios que brindan a los peregrinos que visitan Roma. El Sr. Patrick Kelly, Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, proporcionó una actualización sobre la iniciativa Cor de la Orden.
Los obispos recibieron un informe sobre el Sínodo de los Obispos 2021-2024 que concluyó en Roma el mes pasado; un informe sobre la iniciativa de reavivamiento eucarística y el Congreso Eucarístico Nacional celebrado este verano; y una actualización sobre la implementación provisional del Antiquum Ministerium. (sobre el ministerio del catequista). También se presentó una actualización sobre la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD) como seguimiento de la discusión que los obispos tuvieron en su plenaria de junio sobre la mejor manera en que la CCHD podría continuar el trabajo vital de combatir la pobreza. El presidente del comité de migración de los obispos presentó una actualización sobre el trabajo del comité, que tiene como objetivo ayudar a reformular la narrativa nacional sobre la migración para que sea más acogedora y receptiva a las necesidades de los migrantes y para ayudar a los fieles a comprender mejor la enseñanza católica sobre la migración. También se realizó una presentación sobre los recursos disponibles para los líderes diocesanos y parroquiales en la aplicación de la declaración del Vaticano, Dignitas Infinita (sobre la dignidad humana) al contexto cultural específico de los Estados Unidos; este esfuerzo es una colaboración en curso entre varios comités de la USCCB.
Como ejemplo de sinodalidad, los obispos participaron en una mesa redonda durante la sesión pública sobre la implementación pastoral de la ecología integral y Laudato si’ . En concreto, se les dieron indicaciones para debatir sobre la mejor manera de conmemorar el décimo aniversario de Laudato si’ . Las mesas redondas se vieron enriquecidas por el ajuste de la distribución de los asientos de los obispos realizado durante la sesión plenaria de noviembre de 2022 para dar cabida de forma más natural al diálogo fraternal. Aunque no se proporcionó públicamente un resumen de las discusiones durante la sesión plenaria, los informes de cada grupo de obispos se utilizarán para orientar el trabajo de los comités de la Conferencia.
Los obispos también aprobaron que el Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud avance con la redacción de un documento para guiar el ministerio eclesial laico, que pretende ser un seguimiento del documento de los obispos de 2005 , Colaboradores en la Viña del Señor ; el punto de acción fue aprobado con 223 votos a favor, 9 votos en contra y 6 abstenciones. Los obispos también votaron para aprobar el presupuesto de la USCCB para 2025 (226 votos a favor, 3 votos en contra y 4 abstenciones), y la Directiva de Misión 2025-2028 de la USCCB, que guiará el trabajo del personal de la Conferencia durante los próximos tres años (225 votos a favor, 7 votos en contra y 2 abstenciones).
Durante su reunión, los obispos votaron por un nuevo tesorero y nuevos presidentes de cinco comités permanentes. Los seis obispos electos servirán durante un año como presidente electo antes de comenzar un mandato de tres años que comienza al concluir la Asamblea Plenaria de los obispos de 2025. También celebraron una consulta sobre el avance de las causas de beatificación y canonización de la hermana Annella Zervas , religiosa profesa de la Orden de San Benito, y de la sierva de Dios Gertrude Agnes Barber , una mujer laica, y por votación oral, afirmaron el avance de ambas causas a nivel local.
Los obispos discutieron y votaron sobre tres temas de acción relacionados con los textos litúrgicos , presentados por el Comité de Culto Divino de la USCCB:
- Los obispos votaron 216 votos a favor, 4 votos en contra y 3 abstenciones para aprobar la Nueva Biblia Americana revisada para uso litúrgico. La aprobación de esta versión requiere el voto de dos tercios de los miembros de la Iglesia latina, con la consiguiente confirmación del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano.
- Los obispos votaron 220 a favor, 2 en contra y 1 abstención para aprobar el Libro Gris de la Orden de la Coronación de una Imagen de la Santísima Virgen María de la Comisión Internacional del Inglés en la Liturgia (ICEL). La aprobación de esto requiere el voto de dos tercios de los miembros de la Iglesia latina, con la posterior confirmación por parte del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano.
- Los obispos votaron 213 a favor, 1 voto en contra y 9 abstenciones para aprobar la Liturgia de las Horas: Textos propios y adaptaciones para las diócesis de los Estados Unidos de América . La aprobación de esto requiere el voto de dos tercios de los miembros de la Iglesia latina, con el posterior reconocimiento por parte del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano.
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