(ZENIT Noticias / Roma, 21.11.2024).- En un giro dramático que pone de relieve la persistencia del disenso dentro de la Iglesia católica, dos clérigos italianos han sido sancionados por defender afirmaciones de que el papa Francisco no es el papa legítimo. Este fenómeno creciente, aunque aislado, refleja profundas tensiones sobre la autoridad papal en la Iglesia moderna.
Disidentes de alto perfil
Fernando María Cornet, un ex sacerdote diocesano nacido en Argentina, y Giorgio Maria Faré, ex carmelita descalzo, han enfrentado sanciones eclesiásticas por defender públicamente la teoría de que el papa Francisco es un “antipapa”, un falso papa. Ambos han afirmado que las irregularidades de procedimiento en torno a la renuncia del papa Benedicto XVI en 2013 invalidaron el papado de Francisco.
Las opiniones de Cornet se articularon en su libro de 2022 “Habemus Antipapam? Investigaciones en honor a la verdad”, mientras que Faré difundió su posición a través de un polémico vídeo de YouTube y un panfleto titulado “No entregaré al león”. Ambos acusaron a Francisco de herejías doctrinales y convocaron a un cónclave para elegir un nuevo papa.
El costo del desafío
Las consecuencias de su rebelión han sido rápidas y severas. El 13 de noviembre, la Arquidiócesis de Sassari anunció la laicización de Cornet por decreto papal, poniendo fin a su carrera clerical de 31 años. De manera similar, Faré ha sido expulsado de la orden carmelita y, según se informa, se enfrenta a un proceso de laicización.
Sus casos reflejan los de Alessandro Minutella, un ex sacerdote siciliano que ganó notoriedad por su rechazo vocal a Francisco. Excomulgado en 2018 y laicizado en 2021, Minutella sigue desafiando la autoridad de la Iglesia, acumulando decenas de miles de seguidores en línea y presidiendo su comunidad disidente, “Pequeña Nazareth”.
Un legado de logros convertido en controversia
Tanto Cornet como Faré fueron en su día figuras respetadas dentro de la Iglesia. Cornet tiene títulos avanzados en teología y lingüística y es un autor consumado, con obras que abarcan desde estudios históricos hasta ensayos sobre los Padres de la Iglesia. Faré también publicó ampliamente, incluido un libro sobre la Misa avalado por el cardenal Antonio Cañizares Llovera, exjefe de liturgia del Vaticano bajo Benedicto XVI.
Sin embargo, su perspicacia teológica y su experiencia pastoral ahora se han convertido en herramientas en su campaña contra la máxima autoridad de la Iglesia, lo que lleva a algunos a ver sus acciones como una traición a sus votos clericales.
Un movimiento de resistencia más amplio
Estos casos no son aislados. En toda Italia, un pequeño pero vocal grupo de sacerdotes y ex sacerdotes sigue desafiando la legitimidad del Papa Francisco. Muchos citan la renuncia de Benedicto XVI y el enfoque reformista de Francisco como evidencia de ruptura con la tradición.
La “Congregación Sacerdotal Mariana”, una asociación informal de clérigos que se oponen a Francisco, ha estado a la vanguardia de este movimiento. Los miembros rechazan el liderazgo del Vaticano posterior a 2013 y abogan por un retorno a lo que perciben como pureza doctrinal bajo Benedicto XVI.
Respuesta de la Iglesia: un acto de equilibrio
Si bien el Vaticano ha actuado decisivamente para frenar tal disidencia, el fenómeno subraya desafíos más amplios. El énfasis del Papa Francisco en la misericordia y la reforma ha fortalecido a muchos católicos, pero ha alejado a otros que ven estos cambios como una vulneración de la tradición de la Iglesia.
Al imponer sanciones a los disidentes, la Iglesia busca preservar la unidad y la autoridad. Sin embargo, la persistencia de esas voces sugiere fracturas no resueltas en la comunidad mundial del catolicismo.
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