(ZENIT Noticias / Roma, 01.12.2024).- El padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino encargado de la única parroquia católica en Gaza, declaró al diario vaticano L’Osservatore Romano que las tropas israelíes han llegado a la Iglesia para solicitar la evacuación de los habitantes, quienes se resisten a trasladarse al sur en medio de la guerra, que ya ha causado 44.000 muertos y 90.000 heridos entre los palestinos.
Los católicos de la parroquia viven con la incertidumbre de la inminente llegada de las tropas, marcada como «zona roja» por los militares, quienes han habilitado dos corredores para el desplazamiento hacia el sur. Sin embargo, el padre Romanelli sostiene que sus feligreses no deberían unirse a los dos millones de palestinos ya concentrados en precarias tiendas de campaña. «No hay descanso, ni de día ni de noche, debido al ruido constante de los helicópteros y las bombas», expresó el sacerdote.
El párroco de la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza señaló que «los ruidos provienen principalmente de la zona noroeste de nuestra ubicación, hacia Jabalia y Shati. En esta última aún vivían algunas familias cristianas, pero ahora tienen una estricta orden de evacuación. Por el momento, los pocos cristianos que quedan se han refugiado en las dos parroquias: la nuestra y la ortodoxa».
El padre Romanelli también describió la situación de su comunidad como de «gran tensión». Explicó que la sede de Cáritas y el centro de formación San Tomás de Aquino, ubicados a cuatro kilómetros al norte de su parroquia, ya han recibido la orden de evacuar hacia el sur. «Afortunadamente, ambos edificios están prácticamente vacíos porque se encontraban en trabajos de reparación», aclaró. Sin embargo, añadió: «Nuestras familias están atemorizadas, pero no quieren abandonar sus casas. ¿Por qué deberíamos dejar nuestras viviendas? Ninguno de nosotros (los católicos) está involucrado en el conflicto».
Ante este panorama, el sacerdote cuestionó: «¿Qué harían nuestros cristianos en el sur? Allí están hacinados junto con otros dos millones de palestinos desplazados, quienes no tienen nada y sobreviven en tiendas de campaña. Espero que nuestra peligrosa situación sea conocida también en Occidente. Confío, como siempre, en la capacidad de intervención de nuestro patriarca», refiriéndose al cardenal Pierbattista Pizzaballa. «No queremos abandonar nuestra parroquia», insistió, recordando que está rodeada por gran parte de la comunidad católica, ahora dispersa debido al conflicto.
El padre Romanelli subrayó que la evolución del conflicto, incluso para la comunidad cristiana, dependerá en gran medida del llamado «plan de los generales». Reiteró su esperanza de que la situación en Gaza sea conocida en Occidente, confiando en que la Iglesia mantendrá su compromiso de intervención. Además, destacó que el Papa Francisco ha llamado casi todos los días para mantenerse informado sobre las condiciones, cada vez más precarias, de los católicos en Gaza.
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