(ZENIT Noticias / Roma, 21.07.2025).- Con la llegada del Año Jubilar 2025, Roma experimenta no solo un aumento repentino de peregrinos, sino también una indeseable avalancha de artículos religiosos falsificados e infracciones de la legislación laboral. Desde la inauguración del Año Santo el 24 de diciembre, las autoridades han incautado la asombrosa cifra de 24 millones de artículos falsos en toda la ciudad, de los cuales más de la mitad son artículos religiosos, desde rosarios hasta medallones, destinados a turistas y peregrinos desprevenidos.
Las cifras, reveladas por la policía financiera italiana y publicadas por «La Repubblica», revelan el lado oscuro del floreciente sector del turismo religioso en la ciudad. Entre los artículos confiscados se encontraban 13 millones de objetos con significado espiritual, a menudo adornados con imágenes o textos diseñados para imitar productos del Vaticano.
Mientras Roma se prepara para el Encuentro Jubilar de Jóvenes a finales de julio, los preparativos se han acelerado. El próximo evento, que prevé atraer a casi un millón de jóvenes peregrinos al Vaticano y a Tor Vergata, ha provocado un aumento de las inspecciones y los controles de seguridad. Giancarlo Franzese, comandante provincial de la Guardia di Finanza en Roma, confirmó que las acciones policiales ya han descubierto a unas 750 personas indocumentadas o con empleos ilegales, especialmente en el sector hotelero, que prospera gracias a la afluencia de visitantes.
Esta no es la primera vez que la iconografía religiosa se ha aprovechado con fines lucrativos durante un Año Santo. El otoño pasado, las autoridades interceptaron más de 100.000 artículos religiosos falsificados, incluyendo rosarios y medallones con el logotipo del Vaticano, que se vendían en tiendas a lo largo de la Via della Conciliazione, la gran avenida que lleva a los peregrinos desde el río Tíber hasta las puertas de la Plaza de San Pedro. Muchos de estos productos insinuaban falsamente la aprobación oficial de la Santa Sede.
Sin embargo, incluso mientras los falsificadores se benefician, se observa un silencio diferente a pocos pasos de la basílica. Los vendedores cerca de San Pedro expresan su frustración por el limbo burocrático que rodea la imagen del nuevo papa, León XIV. A pesar de su elección a principios de mayo, la mercancía oficial con su imagen aún no se ha difundido ampliamente, lo que supone un retraso inusual en comparación con pontificados anteriores.
Según comerciantes locales, las autoridades vaticanas no han concedido permiso para reproducir la imagen del Papa León XIV en souvenirs comerciales. Los motivos del retraso siguen sin estar claros, aunque contrasta marcadamente con la rápida distribución de productos para papas anteriores, a menudo a los pocos días de su elección.
Mientras tanto, el Vaticano ha puesto a disposición digitalmente el retrato oficial del Papa. Desde el 16 de mayo, instituciones y organizaciones eclesiásticas pueden descargar la foto, que muestra a León XIV —el primer Papa estadounidense— con sotana blanca y cruz pectoral dorada, sonriendo sobre un fondo neutro. La imagen, que también incluye su escudo de armas y firma, se puede utilizar gratuitamente con fines institucionales, pero aún no está disponible para la venta comercial.
Para los miles de peregrinos que llegan a Roma —muchos deseosos de llevarse a casa un recuerdo de su viaje espiritual—, la distinción entre lo bendecido y lo falsificado es cada vez más difícil de discernir.
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