(ZENIT Noticias / Washington, 24.07.2025).- Un cambio radical en la política deportiva estadounidense ha surgido tras el anuncio formal del Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos (USOPC) del cumplimiento de una orden ejecutiva presidencial que prohíbe la participación de los hombres en categorías deportivas femeninas. Esta política, ahora integrada en la Política de Seguridad del Atleta actualizada del USOPC, enmarca la decisión no como una postura cultural, sino como una obligación legal: una respuesta a la Orden Ejecutiva 14201, emitida en febrero por el presidente Donald Trump.
La nueva guía, aunque redactada en lenguaje administrativo, aborda una de las controversias más candentes del deporte moderno: la participación de atletas transgénero, en particular hombres biológicos, en competiciones femeninas. Bajo el marco revisado, el USOPC afirma su intención de preservar lo que denomina un «entorno competitivo justo y seguro para las mujeres», señalando que está coordinando con entidades como el Comité Olímpico Internacional (COI), el Comité Paralímpico Internacional (CPI) y los organismos rectores nacionales (ORN) para implementar los cambios. Los líderes del USOPC, Sarah Hirshland y Gene Sykes, reconocieron la actualización en un mensaje dirigido a los atletas y socios del Equipo de EE. UU., subrayando que el comité, como organismo con estatuto federal, está obligado a respetar las directivas federales. «Nuestro marco legal nos exige cumplir con las expectativas establecidas por nuestro gobierno», afirma la carta, señalando la Ley Ted Stevens de Deportes Olímpicos y Amateur como referencia legal fundamental.
La base de la nueva aplicación es la estipulación de que todos los organismos rectores deportivos nacionales, desde la natación hasta el fútbol, deben garantizar que sus políticas de elegibilidad reflejen la prohibición. La orden no afecta directamente a las regulaciones internacionales, pero presiona al aparato deportivo nacional para que se ajuste o se arriesgue a sufrir consecuencias federales.
Sin embargo, mientras una rama del gobierno estadounidense avanza para aplicar la nueva política, otra se opone. En California, el Departamento de Educación y la Federación Interescolar de California (CIF) han desafiado abiertamente las instrucciones federales de prohibir la participación masculina en deportes femeninos. Su negativa ha provocado amenazas legales por parte de la Secretaria de Educación de EE. UU., Linda McMahon, quien se ha comprometido a emprender acciones legales contra el estado y su gobernador, Gavin Newsom, por incumplimiento.
Si bien las consecuencias inmediatas son de procedimiento (modificación de políticas, actualizaciones de elegibilidad, controles de cumplimiento), las repercusiones culturales y legales más amplias aún no se han resuelto. Quienes critican la orden ejecutiva argumentan que afecta injustamente a las personas transgénero y podría vulnerar las protecciones de los derechos civiles. Quienes la apoyan presentan la medida como una defensa necesaria de los espacios deportivos femeninos y la integridad en la competición.
Por ahora, el cambio del USOPC marca la aplicación más importante de la orden ejecutiva hasta la fecha, y podría marcar la pauta de cómo las agencias federales, las instituciones estatales y las organizaciones deportivas de todo el país abordarán el cambiante y a menudo polarizante panorama del género y el deporte. Queda por ver si los tribunales finalmente confirman o impugnan la legitimidad de la orden, pero el mensaje del Comité Olímpico es claro: la política, no la política, ha dictado la decisión, y las reglas del juego han cambiado.
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