(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.11.2025).- La Secretaría para la Economía publicó el miércoles 26 de noviembre el Balance Consolidado 2024 de la Santa Sede, que muestra un superávit de 1,6 millones de euros. Este resultado representa una recuperación significativa respecto al déficit de 51,2 millones de euros registrado el año anterior.
El informe pone de manifiesto una clara mejora y, aunque se mantiene la prudente conciencia de que la plena sostenibilidad financiera es un objetivo a largo plazo, se observa una tendencia claramente positiva.
La mejora global se basa en una reducción significativa del déficit, que ha disminuido casi un 50%, pasando de 83 millones a 44 millones de euros. Esto ha sido posible gracias a un aumento de 79 millones en los ingresos (procedentes principalmente de donaciones y de la gestión hospitalaria) y a los esfuerzos de control del gasto, que han compensado parcialmente la inflación y el aumento de los costes de personal.
El desempeño en la gestión financiera ha sido especialmente positivo, generando resultados favorables por valor de 46 millones de euros, superando los niveles de 2023 y desempeñando un papel clave en la cobertura del déficit operativo. Este rendimiento se debe en gran parte a las plusvalías obtenidas tras el inicio de las actividades del Comité de Inversiones, operativo plenamente solo desde este año.
Análisis excluyendo los hospitales
Sin tener en cuenta los entes hospitalarios, la Santa Sede cerró con un superávit de 18,7 millones de euros. La Secretaría para la Economía insiste una vez más en la necesidad de interpretar esta cifra con prudencia, ya que esta mejora se debe sobre todo a un aumento de las donaciones y a un impacto contable extraordinario relacionado con la venta de inversiones históricas. Este avance, por tanto, deberá confirmarse en los próximos años.
Misión Apostólica y Fondos Pontificios
El análisis de los gastos permite constatar la coherencia entre la Misión y su ejecución económica concreta. Las funciones de los distintos Dicasterios expresan, en efecto, las diversas dimensiones de la Misión Apostólica. Estas instituciones de la Curia ofrecen servicios a la Iglesia a nivel mundial: desde el apoyo a las Iglesias locales hasta las iniciativas para la unidad de la fe, desde la comunicación del Papa hasta la promoción de la paz y el desarrollo humano, pasando por los eventos litúrgicos, la custodia del patrimonio vaticano y las Representaciones Pontificias.
El informe detalla las partidas en las que se distribuyen los 393,29 millones de euros destinados a la Misión Apostólica y a los Fondos Pontificios (sin incluir los hospitales). La gran mayoría de estos fondos (83%) se concentra en cinco sectores prioritarios. La principal partida, que representa el 37% del total (146,40 millones de euros), se dedica al apoyo de las Iglesias locales que atraviesan dificultades y a contextos específicos de evangelización.
Las siguientes áreas de gasto más relevantes son el culto y la evangelización (14%), la comunicación del mensaje (12%), la presencia en el mundo a través de las Nunciaturas Apostólicas (10%) y el servicio de caridad (10%). El 17% restante cubre otras actividades como la organización de la vida eclesial, los bienes históricos y las instituciones académicas.
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