(ZENIT Noticias / Jerusalén, 06.11.2024).- El ejército israelí anunció planes para enviar avisos de reclutamiento a 7.000 hombres judíos ultraortodoxos, una decisión con implicaciones sociales y políticas de largo alcance. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, aprobó las nuevas órdenes de reclutamiento, luego de una ronda anterior de 3.000 órdenes emitidas en julio. El objetivo: reforzar las filas en medio de las incesantes presiones del prolongado conflicto con Hamás en Gaza y con Hezbolá en la frontera norte de Israel.
A medida que la guerra se prolonga, estas órdenes de reclutamiento señalan un cambio en la política de reclutamiento de Israel, marcando un momento significativo en el esfuerzo del país por abordar los debates de larga data sobre las exenciones del servicio militar para la comunidad ultraortodoxa. Aunque los judíos ultraortodoxos representan aproximadamente el 14% de la población judía de Israel (alrededor de 1,3 millones de personas), la mayoría de los hombres ultraortodoxos tradicionalmente reciben exenciones, citando los estudios religiosos como un deber espiritual y, en su opinión, una salvaguarda para Israel.
Contexto histórico: un debate que se viene gestando desde hace mucho tiempo
La exención de los hombres ultraortodoxos del servicio militar se remonta a la fundación de Israel en 1948, cuando a un pequeño grupo de 400 hombres se les permitió continuar sus estudios de la Torá para preservar la tradición judía tras el Holocausto. Hoy, esta política se extiende a casi 66.000 hombres elegibles, un punto de discordia entre los israelíes seculares y muchos dentro del gobierno. Las comunidades ultraortodoxas, conocidas como los “haredim”, afirman que su estudio religioso desempeña un papel vital en la protección de Israel, igual en importancia que el servicio militar.
Esta política se ha convertido en un tema divisivo en la sociedad israelí, provocando debates que han contribuido a múltiples ciclos electorales desde 2018. La agitación política sobre el tema ha llevado a un estancamiento del progreso del gobierno, incluidas cinco elecciones en el lapso de solo cuatro años. En 2024, la Corte Suprema de Israel adoptó una postura definitiva, dictaminando que el gobierno debe poner fin a las exenciones para los estudiantes de yeshivá a menos que un marco legal pudiera justificarlo, lo que aumentó la presión sobre el gobierno para que actúe.
La seguridad nacional y las tensiones políticas chocan
La guerra en curso de Israel contra Hamás y Hezbolá se ha cobrado más de 780 vidas y ha herido a aproximadamente 4.500 soldados israelíes. Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, Israel movilizó a 300.000 reservistas adicionales, lo que supuso una gran presión para los recursos militares y económicos del país. La contraofensiva de Israel ha provocado víctimas devastadoras en Gaza, y el Ministerio de Salud dirigido por Hamás informó de 43.374 muertes palestinas, en su mayoría civiles.
La exención ultraortodoxa ha adquirido una importancia aún mayor en medio de estas pérdidas. Como el ejército de Israel soporta el peso de dos frentes, la demanda de personal no tiene precedentes. Sin embargo, el reclutamiento de los haredim sigue siendo una perspectiva desafiante; como miembros de la coalición, los partidos políticos ultraortodoxos se han opuesto históricamente al alistamiento obligatorio para su comunidad, ejerciendo una influencia significativa en el gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu.
¿Qué sigue? Desafíos para la integración
Las órdenes preliminares servirán como una prueba de fuego para el compromiso de Israel de redefinir las responsabilidades militares en todos los sectores de la sociedad. Si se implementan con éxito, podrían cambiar el paradigma de larga data entre las poblaciones secular y religiosa de Israel. Pero los desafíos siguen siendo enormes: incluso con el mandato de la Corte Suprema, integrar a miles de reclutas ultraortodoxos en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) requerirá sortear obstáculos culturales y logísticos complejos.
Por ahora, Israel enfrenta tanto una guerra en el exterior como una batalla en el país para redefinir lo que significa el servicio nacional para su diversa población. Mientras el país se enfrenta al legado de sus políticas fundacionales, los nuevos decretos legislativos pueden ser el catalizador de uno de los cambios sociales más significativos de la historia moderna de Israel. Queda por ver si esto conducirá a una cohesión duradera o profundizará las divisiones, pero es probable que la cuestión defina el camino que Israel seguirá en los próximos meses y años.
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