(ZENIT Noticias / Roma, 07.11.2024).- Tras el regreso de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, ofreció un mensaje mesurado pero esperanzador para el presidente electo, subrayando la importancia de la sabiduría y el compromiso de superar las divisiones. En una conferencia en Roma que conmemora el 75º aniversario de las Convenciones de Ginebra, Parolin reflexionó sobre el próximo mandato de Trump y su posible impacto tanto dentro de Estados Unidos como en cuestiones globales.
Parolin expresó el deseo del Vaticano de que Trump «actúe como unificador» para una América cada vez más polarizada, en consonancia con el principio bíblico de que la sabiduría es la virtud esencial de los gobernantes. «Tiene una responsabilidad crítica», afirmó Parolin, «de ser presidente de todos los estadounidenses y de sanar las divisiones que son dolorosamente claras». Al mismo tiempo, instó a Trump a ejercer una influencia estabilizadora en el escenario internacional, abogando por la paz en regiones afectadas por la guerra y el conflicto.
Un enfoque pragmático para poner fin a las guerras
En cuanto a las promesas de campaña de Trump de poner fin a las guerras, Parolin adoptó una postura cautelosamente optimista. Trump había prometido poner fin a las guerras, no iniciarlas, lo que reiteró después de su victoria en Palm Beach. Parolin reconoció esta ambición, pero añadió una dosis de realismo. “Poner fin a las guerras requiere humildad, una voluntad firme y centrarse en el bien común por encima de los intereses personales o nacionales. Es un camino difícil que no se puede recorrer solo”, dijo.
Parolin reconoció la necesidad de un enfoque concreto para la resolución de conflictos, en particular para regiones como Ucrania y Palestina, donde persisten las ansiedades. “Quedan muchas preguntas, especialmente para quienes temen que la paz pueda llegar a costa de ellos. Sólo el tiempo dirá si la estrategia de Trump puede abordar estas complejidades”.
El Vaticano pide una política migratoria humana
El cardenal también abordó la postura de Trump sobre la inmigración, en particular su promesa de deportar a los inmigrantes ilegales. Parolin enfatizó que el enfoque del Vaticano sobre la migración es claro y se basa en la compasión. «Nuestra posición, en consonancia con las directivas del Papa, aboga por una política equilibrada, que aborde las necesidades de los migrantes sin recurrir a medidas drásticas. Creemos en un enfoque humano que respete la dignidad».
Parolin subrayó que una política migratoria eficaz es crucial para la justicia y la estabilidad. Reiteró el mensaje del Papa de que cualquier solución exitosa debe basarse en la empatía y la gestión reflexiva, fomentando la integración en lugar de la alienación.
Construir consenso sobre cuestiones de vida
Parolin reconoció que la presidencia de Trump también podría presentar áreas de valores compartidos, especialmente en cuestiones relacionadas con la vida y el aborto. Si bien el compromiso de Trump con las políticas pro vida se alinea con algunas enseñanzas católicas, Parolin instó a un enfoque colaborativo. «La defensa de la vida no debe convertirse en otro tema divisivo», dijo. «Esperamos que, en cambio, pueda reunir un amplio apoyo y trascender la polarización».
Relaciones estables entre el Vaticano y los Estados Unidos y diálogo continuo con China
De cara al futuro, Parolin expresó optimismo por la continuidad de las relaciones entre el Vaticano y los Estados Unidos, señalando las interacciones pasadas con la administración anterior de Trump como modelo para un diálogo constructivo. «Habrá temas en los que nos alineemos y otros en los que diverjamos. El objetivo es encontrar un terreno común para el bien de todos».
Parolin también abordó cuestiones sobre la relación del Vaticano con China, que continúa bajo un acuerdo renovado sobre nombramientos de obispos. Si bien el ex secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, había criticado el acuerdo, Parolin afirmó que el compromiso del Vaticano con China sigue siendo «eclesial, no político», e impulsado por el objetivo de generar confianza paso a paso.
Este compromiso con la diplomacia, enfatizó Parolin, sigue siendo central para la misión global del Vaticano, centrada no en el poder sino en construir puentes que beneficien a las personas de todos los lados. Ahora que se acerca el inicio del nuevo mandato de Trump, el Vaticano mira hacia un futuro de colaboración, basado en valores compartidos, respeto y un impulso por la paz.
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