(ZENIT – 15 septiembre 2019).- El Papa Francisco ha saludado la proclamación de los nuevos beatos Benedetta Bianchi Porro, fallecida en 1964 con solo 28 años, y del padre Riccardo Henkes, sacerdote palotino, asesinado por el odio de la fe en Dachau en 1945.
El Santo Padre lo mencionó durante sus palabras después de rezar el Ángelus el domingo, 15 de septiembre de 2019, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
A continuación, ofrecemos sus palabras:
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Queridos hermanos y hermanas.
La semana pasada, se produjo el tan esperado intercambio de prisioneros entre la Federación Rusa y Ucrania. Me alegro por las personas liberadas y por quienes han podido volver a abrazar a sus seres queridos, y sigo rezando para que se ponga fin al conflicto y por una paz duradera en Ucrania oriental.
Ayer en Forlì fue proclamada Beata Benedetta Bianchi Porro, fallecida en 1964 con solo 28 años. Toda su vida estuvo marcada por la enfermedad, y el Señor le dio la gracia de soportarla, es más, de transformarla en un testimonio luminoso de fe y amor.
Y hoy en Limburgo (Alemania) se proclama Beato al padre Riccardo Henkes, sacerdote palotino, asesinado por el odio de la fe en Dachau en 1945.
Que el ejemplo de estos dos valientes discípulos de Cristo sostenga también nuestro camino hacia la santidad. Aplaudamos a los nuevos beatos!……
Os saludo con afecto a todos ustedes, romanos y peregrinos procedentes de diferentes países: familias, grupos parroquiales y asociaciones.
Saludo a los fieles de Honduras y Bolivia; a los jóvenes empresarios africanos comprometidos a
trabajar juntos – harambe – por el futuro de África; y a la peregrinación con coches eléctricos procedentes de Polonia.
Saludo a los militares reunidos en memoria del Siervo de Dios Padre Gianfranco Chiti; a las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor; a los fieles de Montecchio Emilia con sus amigos venezolanos; y los confirmandos de Crotone.
Saludo al grupo UNITALSI, la gran peregrinación nacional a Lourdes que tendrá lugar en los próximos días.
Les deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí.
¡Bueno almuerzo y adiós!