(ZENIT – 30 sept. 2019).- “’Para que puedas contarlo a tu hijo’ (Ex 10,2). La vida se hace historia». Este es el tema que el Papa Francisco ha elegido para la 54ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra en 2020.
Así lo informó, el pasado 28 de septiembre de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Con la elección de este tema, tomado de un pasaje del libro del Éxodo, el Santo Padre subraya lo precioso del patrimonio de la memoria en el ámbito de la comunicación.»Muchas veces el Papa ha subrayado que no hay futuro sin enraizamiento en la historia vivida. Y nos ha ayudado a comprender que la memoria no debe ser considerada como un ‘cuerpo estático’, sino más bien como una ‘realidad dinámica’. A través de la memoria pasan de una generación a otra, historias, esperanzas, sueños y experiencias», indica el citado comunicado.
Conectar la memoria con la vida
Por otra parte, la nota también expone que este tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales recuerda que «todo relato nace de la vida, del encuentro con el otro».
De este modo, la comunicación está llamada «a conectar a través del relato la memoria con la vida. Jesús recurría a las parábolas para comunicar la fuerza vital del Reino de Dios, dejando a los oyentes la libertad de recibirlas y relacionarlas consigo mismos».
El poder de una historia se mide por su capacidad de generar cambio, por su «fuerza transformadora» que «experimentamos cuando nos confrontamos, a través de los relatos, con la vida de los santos». Este es un dato que Francisco ha rememorado recientemente al dirigirse a los miembros del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, a quienes les exhortó a transmitir la «‘gran riqueza’ que ofrece el testimonio de vida de los mártires».
Por último, el contenido del comunicado resalta que el Papa, de nuevo, «coloca a la persona con sus relaciones y su capacidad innata de comunicación» y «pide a todos, sin excluir a nadie, que hagan fructificar este talento: hacer de la comunicación un instrumento para tender puentes, para unir y compartir la belleza de ser hermanos en un tiempo marcado por contrastes y divisiones».