(ZENIT – 27 nov. 2019).- Tras regresar del viaje apostólico a Tailandia y Japón, donde el Papa Francisco ha estado del 20 al 26 de noviembre de 2019, ha compartido su experiencia con los visitantes y peregrinos en la audiencia general este miércoles, 27 de noviembre, a las 9:30 horas, en la plaza de San Pedro.
Para el Pontífice, el 32º viaje apostólico internacional que ha realizado a Asia ha sido «un don que agradezco al Señor, y a todos los que lo han hecho posible», ha expresado.
En primer lugar, ha narrado cómo se desarrolló su visita a Tailandia, primera fase del viaje, donde quiso «rendir homenaje a la rica tradición espiritual y cultural del pueblo Thai, y animar el compromiso por la armonía entre los diferentes componentes de la nación», ha recordado el Santo Padre.
Allí, visitó al Patriarca supremo de los budistas, siendo la religión budista «parte integrante de la historia y de la vida de ese pueblo». Además, participó en el encuentro ecuménico e interreligioso. Posteriormente visitó el Hospital Saint Louis, ha narrado, y tuvo un tiempo con sacerdotes, religiosos y obispos, como también con los jóvenes en la Catedral.
Japón, portavoz del derecho por la vida
La visita pontificia continuó en Japón, bajo el lema “Proteger todo tipo de vida”, un mensaje «significativo en aquella tierra que lleva las heridas del bombardeo atómico y del triple desastre de 2011», ha descrito el Papa en la audiencia general, «es una nación que se ha hecho portavoz del derecho fundamental por la vida y la paz».
En Nagasaki y en Hiroshima «condené nuevamente las armas nucleares y la hipocresía de hablar de paz cuando se construye y se vende material bélico», ha contado Francisco.
En estos lugares, recordó además la memoria de los mártires san Paolo Miki y los 25 compañeros, el beato Justo Takayama y tantos hombres y mujeres que «han conservado la fe en los momentos de persecución».
Finalmente, ha señalado, el Santo Padre tuvo en Tokio encuentros con los jóvenes, con la comunidad académica de la Universidad de “Sophia”, y terminó su estadía con la visita al Emperador Naruhito y a las autoridades del país, «ante los que pude manifestar mi deseo de promover una cultura de encuentro y diálogo, caracterizada por la amplitud de miradas y la sabiduría», ha recordado.