“Un oasis de caridad bajo la cúpula de San Pedro, cada vez más abierto al mundo entero”. Este es el espíritu con el que nació la página web del Dispensario Pediátrico Santa Marta, que desde hace más de 90 años realiza diferentes obras de solidaridad concreta, tal y como anuncia una nota de Radio Vaticano.
El dispensario nació el 8 de mayo de 1922 por voluntad del papa Pío XI, desde entonces, su gestión fue confiada a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
La nueva página web, presentada ayer a los medios de comunicación y realizada gracias a la Oficina de Internet del Vaticano, “se encargará de presentar la historia de esta Institución, la vida del dispensario, los servicios que ofrece y el modo concreto de seguir apoyando a esta obra de caridad, uniéndose a los más de 50 voluntarios, entre médicos y laicos que prestan su servicio en este lugar”.
Cada año, este dispensario “asiste alrededor de 500 niños, sin distinción de raza o religión ofreciendo asistencia médica, apoyo psicológico y garantizando las necesidades básicas de los niños y sus familias”.
El jefe de la Oficina de Internet del Vaticano, monseñor Lucio Ruiz, explica en una entrevista a Radio Vaticano la importancia de esta iniciativa.
“La cosa más importante a destacar es la alegría de poder poner en la era digital, contextualizar en la cultura digital, una iniciativa que tiene 90 años. Hace 90 años que está dispensando ternura, amor, ayuda para los más pequeñitos, los niños necesitados”, asegura monseñor Ruiz.
De este modo, explica que abrir este espacio digital es un paso muy importante que tiene doble valencia. En primer lugar señala el “presentar la caridad de la Iglesia para los más pequeños, a veces no se conoce para nada, incluso para los que vivimos aquí”. Y en segundo lugar destaca el “convocar, convocar el amor, convocar la caridad, convocar a los que quieran también poder dar de su tiempo, de su profesionalidad, de su dinero, de todo lo que se pueda compartir para los que sufren porque tener un sitio web implica que uno conoce y dice yo también puedo colaborar con esta obra tan importante que la Santa Sede va realizando también de una manera tan simple, tan escondida y tan hermosa. Una obra de caridad, de ternura, que manifiesta la caricia de Dios para con el hombre”.