El papa emérito, Benedicto XVI, ya ha regresado al Vaticano tras unos días de descanso en Castel Gandolfo, donde llegó el pasado 30 de junio. Benedicto XVI quiso despedirse de los ciudadanos de esta localidad cercana a Roma, por lo que envió una carta de agradecimiento a la alcaldesa, Milvia Monachesi.
“No puedo volver de Castel Gandolfo a mi monasterio en Roma sin haberle comunicado una palabra de sincero agradecimiento por la calurosa bienvenida que usted me transmitió el día de mi llegada”, indica el papa emérito en la misiva. Asimismo, asegura que “en estas dos bellísimas semanas de vacaciones sentí confirmado nuevamente lo que dije hace algunos años sobre la belleza natural de Castel Gandolfo, en la sintonía que existe entre el lago, las montañas, el mar y la hospitalidad de la gente de esta pequeña ciudad. Me sentía así en estos días, transportado por la simpatía silenciosa de los habitantes de Castel Gandolfo”. Además de la carta, el papa emérito envió a la alcaldesa un libro en ocasión del X aniversario de su elección a la cátedra de San Pedro. Se despide “con mis mejores deseos para usted y para su ciudad y con mi bendición”.
Por su parte, la alcaldesa también agradeció a Benidicto XVI “por sus palabras inesperadas y tan agradecidas, gracias por la bendición que quiso regalar a Castel Gandolfo y a sus habitantes y por el precioso libro que quiso regalarme”. Y aseguró que “estamos felices de que le haya llegado nuestra cercanía silenciosa pero llena de afecto y nuestra gran emoción por su presencia”.
Durante su estancia en este lugar, el papa emérito recibió, el 4 de julio, un doctorado Honoris Causa de la Universidad Pontificia Juan Pablo II y de la Academia de Música de Cracovia.