El papa Francisco inicia este domingo su viaje de una semana en tres países de América Latina. El profesor Guzmán Carriqury, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina precisa en esta entrevista a ZENIT, los siete puntos de fuerza del viaje. Añade que Francisco encontrará una Iglesia más unida y serena tras los tiempos de polarizaciones idelógicas de las ideologías. Y que el documento de Aparecida es convergente en América Latina de las más diversas sensibilidades, junto al pontificado del papa Francisco puede suscitar una gran convergencia en la comunión y la unidad de los católicos latinoamericanos.
¿Qué llevará el Papa en este viaje por América Latina y cuáles los puntos de fuerza?
— Prof. Carriquiry: En realidad se trata de las primeras visitas pastorales a los países latinoamericanos, porque Brasil, en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en el 2013 fue un viaje apostólico y si bien se encontró con el episcopado brasileño y fue a Aparecida, la visita pastoral a dicho país va a ser otra cosa.
La segunda cosa: es el primer viaje en donde el Papa se va a dirigir a la gente en su propio idioma, en español, y si bien se ha gestionado bien con otros idiomas, esto le permitirá a Francisco una libertad y expresividad aún mayor.
Tercero: el nivel de popularidad de afecto, de credibilidad y de esperanza que suscita la figura del Papa en América Latina, en nuestros pueblos y en los Gobiernos es tal que vamos a asistir a un impresionante abrazo de amor y devoción del Papa con el pueblo y de los pueblos con el Papa.
Cuarto factor, y es de suma importancia, el Papa llevará en una mano “l’Evangelii Gaudium y en la otra la “Laudato sì”, que encuadran los contenidos fundamentales de sus enseñanzas.
Quinto elemento: el Papa no escoge a los grandes para iniciar su visita pastoral a América Latina, México, Brasil, Argentina, ni siquiera a los medianos, Chile, Colombia, Perú, etc., sino a las que personalmente llamo de ‘periferias emergentes’, porque en una dinámica geopolítica son periferias que han vivido una larga tradición de pobreza, desigualdades sociales, de inestabilidad políticas. Periferias sí, pero emergentes, porque en los últimos doce años, estos países han vivido un ritmo de crecimiento impresionante. Aún en el 2015, en condiciones desfavorables para América Latina, Ecuador prevé que crecerá un 4 por ciento y Bolivia y Paraguay sobre el 5 por ciento. Este intenso desarrollo económico ha sacado a estos países de cierta inmovilidad y, en especial, a las masas indígeno-campesinas de estos países, haciéndolas partícipes de la nueva ciudadanía y del proceso de desarrollo y de modernización. Han surgido nuevos sectores de clase media populares que han salido de la pobreza. Son países que se han puesto de pie, con dignidad, y han emprendido una marcha importante. ¡Que la hojarasca de cierto lenguaje ideológico, que a veces suena algo anacronístico, no impida ver el bosque! Estos tres países que va a encontrar el Papa están en condiciones muy diversas de los países que treinta años atrás encontró Juan Pablo II.
En sexto lugar, el Papa sabe que desde las periferias se ve mejor el conjunto, la perspectiva de la totalidad. Él comenzó por las periferias de Europa: por Bosnia-Herzegovinia y Albania, ni por España, Francia o Alemania. De estas periferias emergentes el Papa va a tener muy presente el conjunto de América Latina. Y el conjunto de América Latina va a estar pendiente de este viaje del Papa. Entonces un discurso importantísimo sobre la fraternidad de los pueblos y naciones, de la cooperación y la integración, creo que va a ser muy fuerte en ocasión de este viaje.
«En séptimo lugar, diría que hay temas que están en el corazón pastoral del Papa y que serán recurrentes durante el viaje: la importancia de la familia contra toda colonización ideológica, la evangelización de los jóvenes, la atención pastoral y solidaridad social con los indígenas-campèsinos, el diálogo con los líderes sociales por el bien común, la valorización de la religiosidad popular y la devoción mariana, el amor a los pobres y a los que sufren.
¿Cómo es la Iglesia que el Santo Padre va a encontrar ahora?
— Prof. Carriquiry: El Papa va a encontrar a Iglesias en un estado muy diverso del que las encontró treinta años atrás Juan Pablo II. Entonces eran Iglesias muy tensas, polarizadas, a veces divididas, en donde los debates políticos e ideológicos relacionados con la teología de la liberación, estaban a la orden del día.
¿O sea?
— Prof. Carriquiry: Hoy son Iglesias más serenas en la comunión, Iglesias que han vivido el legado y las orientaciones de la V conferencia general del episcopado en Aparecida, lanzadas en la misión continental, pero sobre todo interpeladas por lo que el papa Francisco está comunicando en su pontificado, especialmente a través de la Evangelii Gaudium. Es decir una Iglesia que mira a lo central y esencial del evangelio – el encuentro con Cristo, muerto y resucitado -, misionera en salida, misericordiosa sin exclusiones, llena de ternura y compasión, con amor de predilección por los pobres y los que sufren. Iglesias que se sienten interpeladas y con-movidas por este tiempo de gracias que estamos viviendo, que no se puede desperdiciar. Un tiempo favorable para la evangelización. No en vano el objetivo principal del viaje es custodiar, reavivar y reproponer ese precioso tesoro de los pueblos que es el patrimonio de la fe católica, tan arraigada en su historia, cultura y vida, expresado también en la religiosidad popular, en la devoción mariana, en los sentimientos de dignidad, solidaridad y esperanza que el cristianismo ha sembrado en los corazones. Por otra parte, son Iglesias llamadas a contribuir al desarrollo de estos países, estableciendo una mayor y mejor interlocución entre gobiernos y episcopados, custodiando siempre la libertad de la Iglesia. No es que falten problemas que suscitan preocupación: todavía marcadas situaciones de pobreza y desigualdad, el veneno del narcotráfico, a veces recaídas autoritarias y situaciones que merecerían ser tratadas con otra serenidad y ecuanimidad.
Aparecida retoma el desafío de luchar contra la pobreza pero en otra clave, ¿verdad?
— Prof. Carriquiry: En el documento de Aparecida no se habla de la teología de la liberación, pero todas las que han sido intuiciones providenciales riquísimas de la teología de la liberación están allí presentes. Ya incorporadas en el magisterio de la Iglesia latinoamericana y diría incluso mundial. Y después de la caída de los muros y del socialismo real, lo que eran las infiltraciones ideológicas y apuestas políticas fallidas cayeron de por sí. Por ello Aparecida es un documento convergente en América Latina de las más diversas sensibilidades, por eso el pontificado del papa Francisco puede suscitar una gran convergencia en la comunión de los católicos latinoamericanos, atrayendo en una “cultura del encuentro” también a muchos de los que no pertenecen a la Iglesia.
El papa Francisco en la Laudato Sí, habla de proteger la tierra y no de adorarla… Una aclaración oportuna en este viaje
— Prof. Carriquiry: Por supuesto, la Tierra es creación de Dios, la madre tierra no es una divinidad como se creía en las viejas cosmogonías indígenas. La creación hecha por Dios de alguna manera ‘desacraliza la tierra’, pero al mismo tiempo la confía a la sabia administración del hombre y no al dominio salvaje. Muchas expresiones que hoy se repiten sobre la Pachama, y cuando empiezan a aparecer los brujos y los chamanes, todo eso poco tiene que ver con las tradiciones de los indígenas precolombinos o de las religiones tradicionales, pero más bien son formas hoy en día mas bien artificiales que de alguna manera sirven para manifestar esta realidad pluricultural y plurinacion
al de algunos países.