«Estamos reunidos en el nombre del Señor para servir al pueblo de Dios con la celebración de esta Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos». Lo ha recordado esta mañana el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, encargado de la predicación previa a las primeras intervenciones del Sínodo.
El purpurado ha afirmado que «nuestro trabajo sinodal es un servicio eclesial y debe ser plenamente evangelizador porque, como nos recordaba Pablo VI, la Iglesia existe para evangelizar». Además, ha subrayado que «la alegría es una característica esencial de la vida realmente cristiana, la alegría que fluye de la fe en que Dios nos ha perdonado y está siempre dispuesto a perdonarnos por nuestros pecados, debilidades y omisiones».
Y así, el arzobispo de Barcelona ha observado que «el Papa nos ha convocado para reflejar, dialogar y debatir sobre desafíos de la familia en el contexto de la evangelización». Y para realizar esta tarea, haciendo referencia a las lecturas del día ha indicado que «el apóstol Pablo nos pide exhortar al Espíritu Santo para que nos ilumine en el trabajo sinodal para el bien de las parejas y de las familias porque, como nos dice el Concilio Vaticano II, el bienestar del individuo y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente unido a la prospectiva de la comunidad conyugal y familiar».
Y ha proseguido diciendo que «Pablo nos aconseja que en las contribuciones y en el diálogo mantengamos los mismos sentimientos, las mismas convecciones alegres y agradecidas por ser miembros de la Iglesia una y única de Jesucristo, extendida de oriente a occidente». También que «podamos tener los sentimiento del Buen Pastor que cuida de las noventa y nueve ovejas y va en busca de la oveja perdida, conscientes del hecho de que hoy en diversas latitudes de la Iglesia el número se está invirtiendo, y que podamos tener también los sentimientos del buen samaritano que mira al herido, se acerca a él y lo ayuda, ofreciéndole lo que necesita en ese momento para recuperar la salud».
El cardenal ha afirmado que el consejo del apóstol Pablo de «vivir en paz» siempre es útil. «Hablaremos de la belleza de la familia que Dios ha creado y que Cristo ha elevado a sacramento y tendremos presentes a las familias que no han conseguido vivir la belleza de la íntima comunidad de vida y de amor en su matrimonio», ha señalado.
Y como buenos pastores y buenos samaritanos -ha concluido- haremos todo siguiendo este consejo paulino, que el Dios del amor y de la paz esté con nosotros y bendiga nuestro trabajo sinodal para poder ofrecer al papa Francisco nuestros consejos de amor y de paz que lo ayuden en su ministerio de sucesor de Pedro por el bien de toda la Iglesia de Jesucristo».