(zenit – 11 agosto 2020).- Seis días después de la explosión en el puerto de Beirut, Líbano, que acabó con la vida de al menos 160 personas, el Gobierno del Líbano presentó su dimisión.
Ayer, 10 de agosto de 2020, en una jornada en la que varios ministros habían presentado su renuncia, el primer ministro libanés, Hasan Diab, anunció: “Damos un paso atrás para estar con la gente, para combatir con ella por el cambio. Por eso, anunció hoy la renuncia de este Gobierno”, informa la agencia EFE.
Se trata del segundo Gobierno que cae tras las protestas contra la clase política: el pasado octubre Saad Hariri también dimitió.
En su discurso, Diab señaló que “los mecanismos de corrupción son más grandes que el Estado” en el Líbano y responsabilizó de la catástrofe de Beirut a la “clase política” que “lucha con todos los medios sucios”.
Protestas
Esta decisión se ha producido en medio de las protestas contra el gabinete por tercer día consecutivo en los alrededores del Parlamento y la plaza de los Mártires.
De acuerdo a L’Osservatore Romano, cientos de manifestantes antigubernamentales atacaron con palos y otros objetos las barreras metálicas erigidas alrededor del área del Parlamento por las fuerzas de seguridad.
El ejército intervino y se produjeron violentos enfrentamientos, causando unos 45 heridos, de los cuales 7 han sido trasladados al hospital, indica la Cruz Roja libanesa.
Ayuda internacional
El domingo, tras el llamado del Papa Francisco, que pidió generosidad en el Ángelus, la comunidad internacional se comprometió a asignar 252,7 millones de euros en ayuda de urgencia para la población del Líbano.
Dicha cantidad fue establecida en una videoconferencia de donantes en la que París y Naciones Unidas reunieron a una treintena de mandatarios y altos responsables de todo el mundo y de instituciones como la Unión Europea (UE) o el Banco Mundial.
Actuar rápida y eficazmente
“El mundo debe actuar rápida y eficazmente” expresó el presidente francés, Emmanuel Macron, principal promotor de la videoconferencia.
“El caos no debe ganar”. La ayuda será gestionada por la ONU a través de sus agencias con total “transparencia” y “entregada directamente a la población”.
El Fondo Monetario Internacional, por su parte, ha subrayado que la asignación de la ayuda está condicionada a la aplicación de las reformas.
Labor de la Iglesia
En declaraciones a Vatican News, don Elia Mouannes, cuenta que tras las explosiones, en su parroquia se ha formado un grupo que presta ayuda en las casas de la zona cercana a Karantine, el barrio arrasado.
En los alrededores los edificios no se han derrumbado, pero en el interior de las casas han sufrido muchos daños. La primera tarea, describe don Elia, es volver a colocar las puertas y ventanas en su lugar en la medida de lo posible y asegurar la alimentación.
Alimentos y atención médica
En la página de Facebook de Cáritas Líbano, se comunica que, tras las explosiones, voluntarios de diferentes regiones del Líbano se movilizaron para apoyar los esfuerzos de Caritas en los equipos sobre el terreno. Cada sector está ayudando a su manera mediante la donación de agua, apoyo en la limpieza de escombros, e incluso horneando pan.
Igualmente, el World Food Program (Programa Mundial deAlimentos) y Cáritas se han asociado para proporcionar comidas calientes y bocadillos a las víctimas de la explosión de #Beirut y ayudar a los voluntarios a limpiar los escombros.
El equipo médico de Cáritas también está presente en las zonas afectadas para prestar primeros auxilios médicos, primeros auxilios psicológicos, consultas médicas y distribución de medicamentos.