Las Obras Misionales Pontificas están realizando su reunión anual en Roma. Una cumbre en la que unos 130 directores reflexionan sobre el camino recorrido. Cada uno de ellos ofrecerá los recursos recaudados el año pasado en su país y se determinarán las ayudas, los objetivos y las estrategias para el año próximo. El lunes 13 de mayo inició con las palabras del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, dicasterio misionero de la Santa Sede, del que dependen las OMP.
Este viernes 17 encuentran al papa Francisco y se nota mucho entusiasmo por ello. Le reiterarán la adhesión a su ministerio, aprecio y alegría y empeño a trabajar por la misión de la Iglesia.
El director de las OPM para América Latina, obispo auxiliar de El Alto, en Bolivia, Eugenio Scarpellini, bergamasco, explica a ZENIT la labor que realizan, y recuerda que son expresión operativa misionera del santo padre para favorecer las misiones. Y cómo el documento de Aparecida, hace ver el problema de la pobreza desde un punto de vista superior a viejos esquemas politizados que existieron.
Excelencia, ¿qué son las Obras Misionales Pontificias?
— Mons. Scarpellini: Las OPM son instituciones al servicio de la misión universal de la Iglesia. Son cuatro obras, cada una nacida del carisma de un fundador o fundadora entre el 1800 y el 1900; carisma que apunta a un servicio específico en la misión
¿Cuáles son estas cuatro instituciones?
— Mons. Scarpellini: Son, la Obra Pontificia de Propagación de la Fe; la Obra Pontificia Santa Infancia; la Obra pontificia San Pedro Apóstol y la Obra Pontificia Unión Misional.
¿Cuál es la diferencia entre Propaganda Fide y las Obras Misionales?
— Mons. Scarpellini: Propaganda Fide es toda la congregación para la Evangelización de los Pueblos. Dentro de ella un sector grande son las Obras Misionales, que son el brazo operativo y de apoyo solidario y de animación misionera de la misma Propaganda Fide.
¿Qué funciones cumplen?
— Mons. Scarpellini: La primera es Obra Pontificia de Propagación de la Fe: se refiere al apoyo a los territorios de misión en general, de la animación, formación, implementación de estructuras, apoyo de promoción humana, etc.
La segunda es la Obra Pontificia Santa Infancia: nace del carisma de un obispo francés que empuja para que los jóvenes hasta la adolescencia sean misioneros y ayuden a los otros jóvenes de su edad en todo el mundo. Una obra que nace de la infancia, para ayudar a la infancia. Se recogen fondos para destinarlos a la formación, a proyectos y para la defensa de los derechos de los niños, su educación y salud.
La tercera, la Obra pontificia San Pedro Apóstol: se ocupa de la formación de agentes pastorales y sacerdotes locales, principalmente en los territorios de misión. Aunque también en algunos casos, apoya los estudios de misioneros en Roma.
La cuarta es la Obra Pontificia Unión Misional: impulsa a la formación permanente de los agentes misioneros en territorio de misión o aquí, y a favorecer el crecimiento de los otros tres. Impulsa la formación de las obras misioneras.
¿Por qué cada año se realiza esta cumbre?
— Mons. Scarpellini: Cada año los directores nacionales el mundo se reúnen en la asamblea nacional, es un momento crucial para establecer y reflexionar juntos sobre el la misión entera, sus necesidades y establecer las estrategias
Se toma visión del fruto de todo un años de animación misionera y sobre la recolección de los fondos. Y desde esta visión, cómo distribuir los fondos en los proyectos que fueron presentados por los diverso países. Todo lo que se recoge en un año converge a esta asamblea y aquí viene redistribuido.
¿O sea lo recolectado redistribuirlo inmediatamente en los proyectos?
— Mons. Scarpellini: Este es un dato importante de la obra misionera: todos los fondos que se recogen, se distribuyen inmediatamente, no se mantienen fondos de reserva. Porque pensamos que sea fruto de la generosidad de la gente hacia los pobres, y los pobres tienen que ser privilegiados en nuestra atención y acción.
¿Cómo se realizan estas colectas?
— Mons. Scarpellini: Las recolecciones se realizan a través de jornadas que son declaradas pontificias, o sea de derecho pontificio. Vale a decir que es el mismo papa que pide en estas jornadas. La más conocida es la jornada mundial del DOMUND, o Jornada Misionera Mundial, el penúltimo domingo de octubre. En esa fecha todas las ofertas, en todas las parroquias, o de las comunidades más lejanas que sean, son recogidas y enviadas al papa.
Está también la Jornada de la Infancia Misionera, cuya fecha cambia según los países, aunque generalmente es el día de Reyes. Lo mismo para la Obra de San Pedro Apóstol.
¿Qué carácter tienen estas jornadas?
— Mons. Scarpellini: Tres jornadas, tres esfuerzos grandes que se realizan. En algunos países se hacen solamente dos. Es la expresión operativa misionera del santo padre a través de estas obras para favorecer a las misiones. Y tienen por lo tanto un carácter obligatorio importante.
¿Cuántos directores se encuentran reunidos aquí?
— Mons. Scarpellini: Hoy estamos aquí reunidos unos 130 directores de diversas partes del mundo, hasta el viernes por la noche. El viernes por la mañana los directores tendremos la alegría de estar en audiencia con el papa. Y será un modo para manifestarle nuestra adhesión a su ministerio, nuestro aprecio y alegría y nuestro empeño a trabajar por la misión de la Iglesia.
¿Qué es hoy una tierra de misión?
— Mons. Scarpellini: Este es uno de los términos sobre los cuales estamos reflexionando. Territorio de Misión, desde el punto de vista jurídico es el territorio que está bajo jurisdicción de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Propaganda Fides. Fundamentalmente los territorios de África, Oceanía y los vicariatos apostólicos en América Latina, o sea jurisdicciones que no tienen la capacidad de autosostenerse en diversos aspectos.
¿Qué se discute hoy?
— Mons. Scarpellini: Hoy se discute sobre el tema, porque hay otros territorios que no son vicariatos, que son diócesis, que entretanto viven situaciones particulares, y que por motivos de pobreza o extensión podrían incluso ser entendidos como territorios de misión. También en los ámbitos nuevos de un mundo descristianizados, estos son hoy nuevos aerópagos. Aunque estas realidades aún no se concretan en materia de apoyos.
¿Cuál es la percepción que tienen del papa Francisco?
— Mons. Scarpellini: Vivo desde hace 25 años en América Latina, fue una gran alegría porque él expresa a un pastor de atención universal. Estamos contentos porque vemos en él valorizada una reflexión de Iglesia, atenta al tema de los pobres, de la justicia, de solidaridad , de la promoción humana.
¿Cómo hay que ver estos temas?
— Mons. Scarpellini: No solamente como sociales, son temas que deben ser llevados a los ojos del creyente porque nacen de nuestra fe. Nuestra fe en un Dios misericordioso nos obliga a ser misericordiosos con nuestro hermanos. Nuestra atención a las pobrezas nos hace descubrir el pecado que existe aún en el mundo. De la conversión que estamos llamados a vivir delante del pecado personal o comunitario de sociedad. Porque cuando hay pobreza hay pecado. Porque la conversión nos lleva a la caridad y a llevar el amor.
La politización de estos temas va bien en política. Pero el planteo que usted hace supera viejos esquemas.
— Mons. Scarpellini: Así es, incluso que se dieron el pasado. Hay un documento muy lindo, del cual el papa Francisco fue
coordinador de la comisión de redacción. Es el documento de Aparecida. En el número 11 se establece el método pastoral en América Latina, que es ver, juzgar y actuar. Cuando se establece el ver, significa que hay que hacerlo con los ojos del Padre, y esto cambia la visión. Con los ojos misericordiosos de quien es capaz de ver la realidad de gracia, la presencia del Espíritu y también la pobreza de la realidad humana, del corazón humano y del pecado humano.
El juicio de Dios que no es quien condena o no, sino quien desde la Cruz es capaz de salvar. Y el actuar es para que en Jesucristo podamos encontrar vida plena. Plenitud de vida y gracia para todos los pobres.