Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica

Vaticano pagó más de 10 millones de euros a Italia en impuestos. APSA publica informe 2022

La APSA tiene encomendada la administración de los bienes muebles e inmuebles de la Santa Sede, guiada por determinados fines.

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(ZENIT Noticias / Roma, 14.08.2023).- La Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) aportó una suma de 32,27 millones de euros para cubrir las necesidades financieras de la Curia Romana en el año 2022. Esta cifra fundamental se desprende de la publicación, el jueves 10 de agosto, del informe financiero de la APSA para el año fiscal 2022. En particular, el resultado financiero de APSA para el año fue equilibrado, ya que la contribución extendida a la Curia Romana, de conformidad con los acuerdos compartidos con la Secretaría de Economía, igualó el beneficio realizado.

En la carta que acompaña al informe financiero, Mons. Nunzio Galantino, Presidente del APSA, subraya las páginas presentadas y las cifras que contienen, relatando «una administración que, como todas las demás, ha tenido que hacer frente a los efectos de la crisis pandémica y a la incertidumbre derivada de los conflictos en curso». Sin embargo, estas páginas encarnan una ambición: «aportar claridad al ámbito de la administración y la gestión, que se nutre de competencias, lealtad y transparencia, pero también de confianza, como subrayó en el siglo XVIII el eminente economista Antonio Genovesi».

Otro aspecto llamativo del informe financiero es la suma aportada directa e indirectamente por APSA en concepto de impuestos relacionados con la propiedad en el territorio italiano. Para el ejercicio fiscal 2022, APSA remitió 6,05 millones de euros en concepto de IMU (impuesto sobre bienes inmuebles) y 2,91 millones de euros en concepto de IRES (impuesto de sociedades). De ellos, sólo para APSA, 4,65 millones de euros corresponden al IMU y 2,01 millones de euros al IRES.

Monseñor Galantino profundiza en este punto, afirmando que «la transparencia en las cifras, en los resultados obtenidos y en los procedimientos definidos es uno de los instrumentos que poseemos para disipar, al menos entre quienes están libres de prejuicios, las sospechas infundadas sobre el alcance de la riqueza de la Iglesia, su administración o el cumplimiento de los deberes de justicia, como el pago de los impuestos debidos y otros gravámenes».

Por otra parte, el arzobispo Galantino observa que «a poco más de un año de la publicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, la naturaleza y las tareas asignadas por el Papa Francisco a la APSA son cada vez más claras.» Sin embargo, «también es evidente la responsabilidad que le ha sido conferida.» A través de «procedimientos comprensibles, eficaces y transparentes, APSA está llamada a contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia.» A este respecto, el Presidente subraya que «todos estamos ya convencidos de que la reputación de la Iglesia en la gestión de lo que le es confiado por la generosidad de los fieles es un requisito previo para la credibilidad de su anuncio.» De ahí «una de las razones que justifican la publicación del presupuesto por tercer año consecutivo».

«Con la colaboración y profesionalidad de toda la comunidad de APSA», señala Mons. Galantino, «continúa el camino hacia la consecución de los objetivos fijados en el plan trienal de desarrollo, que se actualiza continuamente y se presenta a los órganos de supervisión de la Santa Sede. El objetivo es proporcionar apoyo económico a la misión del Papa y a las estructuras que comparten con él la tarea de la evangelización”.

En este marco de transparencia, el presupuesto ofrece una visión general de los logros y los retos económicos afrontados. En particular, los resultados económicos de 2022, tras el periodo de pandemia de Covid-19, estuvieron marcados por las «consecuencias financieras y económicas negativas» derivadas del conflicto en Ucrania. Además, como «fue evidente desde los primeros meses, se produjeron presiones inflacionistas y aumentos significativos de los costes energéticos que repercutieron negativamente en los resultados operativos de las distintas áreas de actividad de APSA.»

En cuanto a los aspectos más brillantes, las cifras relativas a la gestión de activos inmobiliarios indican un aumento de 32 millones de euros respecto a 2021.

Cabe recordar que el APSA tiene encomendada la administración de los bienes muebles e inmuebles de la Santa Sede, guiada por determinados fines. Principalmente, el objetivo no es el lucro, sino la conservación y consolidación del patrimonio heredado a través de lo que el Papa Francisco ha denominado «inversiones de viuda». Esta expresión popular subraya los criterios con los que la Oficina de Inversiones de la APSA sigue operando en la actualidad, no persiguiendo fines especulativos sino centrándose en inversiones de «rendimiento controlado e impacto social probado.» En este período particular, con signos de reanudación de las actividades normales, APSA se encarga de llevar a cabo una administración creíble y fiable, basada en procesos de racionalización, transparencia y profesionalidad, tal y como estipula el Papa.

En cuanto a la gestión de los activos mobiliarios, la política de inversión del APSA, caracterizada por la prudencia y la no especulación, siguió dando prioridad a un «equilibrio adecuado entre el riesgo y la rentabilidad a medio y largo plazo, favoreciendo una asignación prudente de los activos.» En 2022, a pesar de un clima económico incierto, se consideró apropiada una «asignación estratégica de la cartera más conservadora y congruente, caracterizada por una exposición moderada a la renta variable (en torno al 25%, incluido el componente de activos alternativos).» También hubo una «reducción de la madurez media de la cartera de bonos de alrededor de 4/5 años y un alto nivel de liquidez de precaución», tanto para hacer frente a los futuros compromisos financieros inciertos de la Santa Sede como a los «cambios en la gobernanza, también relacionados con la nueva Constitución Apostólica.»

En particular, el resultado de la gestión de los bienes muebles fue de -6,7 millones de euros, frente al resultado positivo de 19,85 millones de euros alcanzado en 2021, lo que supone una diferencia de -26,55 millones de euros con respecto a 2021. Del mismo modo, los gastos de gestión aumentaron de 10 a 13 millones de euros. Habida cuenta de las elevadas valoraciones de los mercados, del frágil crecimiento económico, de la significativa disminución de los beneficios empresariales y de la espiral inflacionista, APSA optó por «mantener un posicionamiento de cartera sustancialmente inalterado con respecto a 2021, adoptando al mismo tiempo una política coherente de control del riesgo». Las inversiones en activos alternativos se mantuvieron en espera, en la medida en que pudieran afectar a la gestión de la liquidez.

Las inversiones financieras gestionadas por APSA ascendían aproximadamente a 1.777 millones de euros a 31 de diciembre de 2022, y engloban tanto la gestión de la propiedad como la gestión de terceros (institutos de la Santa Sede o entidades afiliadas). La APSA también supervisa otras actividades, incluidos los gastos relacionados con el funcionamiento de toda la estructura, como la Peregrinatio ad Petri Sedem. El informe adjunto al presupuesto hace referencia al plan trienal puesto en marcha para optimizar los resultados y mejorar los métodos de trabajo. En particular, una vez alcanzados los objetivos, se prevé un beneficio estimado de 55,4 millones de euros. Esto también se consigue mediante la aplicación del programa «Rentas de alquiler» para lograr una reducción gradual de las propiedades vacías. Dentro de las dos partes principales del proyecto, 79 propiedades ya han sido renovadas y están en proceso de comercialización. Para la segunda parte, que consta de 61 unidades, la fase de renovación ya ha comenzado.

Con información de L´Osservatore Romano.

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Valentina di Giorgio

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