Continúan las actualizaciones sobre la noticia que, desde el lunes, ocupa las primeras páginas de todos los medios del mundo: la renuncia de Benedicto XVI. Ayer, en rueda de prensa, el padre Lombardi, portavoz vaticano, dió nuevos detalles sobre el retiro del papa y desmintió algunas noticias.
El portavoz destacó algunas informaciones sobre la histórica decisión del pontífice: en primer lugar la situación del secretario particular, monseñor Georg Gänswein. Ya en la rueda del miércoles, el padre Lombardi afrontó la cuestión de si don Georg mantendría el doble cargo de secretario del papa y de prefecto de la Casa Pontificia. Cargo, este último, otorgado por Benedicto XVI el pasado diciembre, y signo de plena confianza del papa a uno de sus más estrechos colaboradores.
Si el miércoles era cierto que el arzobispo habría mantenido solamente el cargo de prefecto –ya que esta función no decae a pesar de la renuncia del pontífice- llegó ayer la confirmación de que Gänswein seguirá a Benedicto XVI a Castel Gandolfo, ahora, mientras duran las obras de su futura residencia, y después al monasterio vaticano Mater Ecclesiae, continuando su trabajo de secretario particular de Ratzinger, además del cargo de prefecto de la Casa Pontificia.
Le acompañan las laicas consagradas de CL
En la misma residencia, separada del monasterio de clausura, aunque en la misma estructura, seguirán como hasta ahora formando “la familia” de Joseph Ratzinger también las cuatro Memores Domini de Comunión y Liberación, que han prestado servicio en la capilla, cocina, archivo y secretaría del santo padre. «El núcleo fundamental de la ‘familia pontificia’ –declaró Lombardi- seguirá a Benedicto XVI y estará cerca de él en esta fase».
También en relación a don Georg, el portavoz vaticano precisó que, permaneciendo como prefecto y secretario, no tendrá ningún tipo de influencia sobre el nuevo papa, en cuanto que “sus competencias no afectan al gobierno o las decisiones de la Iglesia», sino «funciones prácticas y logísticas relativas a la organización de las audiencias de su santidad».
En cuanto a monseñor Alfred Xuereb, el segundo secretario del papa, el director de la Sala de Prensa afirmó que en un primer momento también se trasladará a Castel Gandolfo, y muy probablemente será durante un tiempo secretario del sucesor, «para introducirlo en la práctica la vida del apartamento papal».
El portavoz de Santa Sede desmintió la noticia publicadad por la mñana por algunos periódicos que anunciaban el supuesto nombramiento del belga Bernard De Corte como nuevo presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR). “No me consta y no confirmo que haya sido elegido un nuevo presidente” declaró, anticipando sin embargo la posibilidad de un nombramiento antes del fin de la semana.
Otro punto afrontado fue el incidente del papa, durante su viaje a México, una noticia difundida ayer por Vatican Insider. Según Vatican Insider, Benedicto XVI se habría caído de noche hiriéndose en la cabeza y este incidente –según las fuentes- habría sido un primer toque de atención que habría llevado después a madurar la decisión del lunes. «No tengo que desmentir que esto haya pasado –afirmó Lombardi- pero no influyó ni en el viaje, ni en la decisión».
“Hay varios episodios de estos años y de este periodo –añadió- pero el papa, para la renuncia, se refirió sólo a su condición de envejecimiento general, y a las fuerzas que han disminuido en los últimos meses. Las interpretaciones que unen esto a un episodio, más que a otro, no son pertinentes».
Sobre el Cónclave
“La Constitución conserva todo su valor”, afirmó el padre Federico Lombardi respondiendo a las preguntas sobre una hipotética reforma de las normas para anticipar el Cónclave. El jesuita afirmó con firmeza que ni siquiera se tomó en consideración la idea de modificar la ley, y que el Cónclave tendrá lugar por lo tanto, según la norma, después de 15-20 días desde el inicio de la sede vacante. La fecha exacta será comunicada durante este periodo de tiempo por los cardenales que llegarán al Vaticano, y se establecerán desde el 1 de marzo y, no antes, en la Casa de Santa Marta.
El portavoz aclaró el discurso sobre el límite de los 80 años para votar en el Cónclave, precisando que eso «se refiere a quien ha alcanzado esta edad antes del primer día de la sede vacante». Por eso, tanto el cardenal Walter Kasper como el cardenal Severino Poletto participarán, ya que ambos cumplen años en marzo.
Para finalizar, el leit-motiv de todos los briefings de estos días: «¿Como hay que dirigirse al papa en un futuro? «No hay todavía claridad sobre la cuestión del nombre –explicó el director de la Sala de Prensa- no sobre el hecho de si Benedicto XVI será ‘Obispo emérito de Roma'».
«Creo poder reiterar –concluyó- que Benedicto XVI es un título al que no puede renunciar: es su nombre como papa, que ha llevado por toda la Iglesia y por todo el mundo oficialmente durante ocho años. Por lo tanto, ciertamente continuaremos diciendo que es Benedicto XVI. ¡Esto no cambia y no puede evidentemente cambiar!».
Traducido del servicio de ZENIT en italiano por Rocío Lancho García