Que terminen las divisiones y las enemistades en Tierra Santa y Oriente Medio. Es el llamamiento realizado por el papa Francisco durante su homilía de este lunes en la Casa Santa Marta. La misa ha sido concelebrada por el patriarca de Alejandría de los coptos católicos, su beatitud Ibrahim Isaac Sidrak, con motivo de la manifestación pública de la “comunión eclesiástica” con el Sucesor de Pedro. El Papa ha reiterado su cercanía a los cristianos que en Egipto experimentan falta de seguridad y violencia y a continuación ha renovado un llamamiento a favor de la libertad religiosa en todo Oriente Medio.
El obispo de Roma y el patriarca de Alejandría juntos, como signo de comunión eclesial y en oración por la paz en Oriente Medio. En la Casa Santa Marta se ha vivido esta mañana un momento de gran intensidad espiritual. En su homilía, el Santo Padre ha querido dirigir en seguida sus pensamientos a los fieles coptos retomando las palabras del profeta Isaías en la Primera Lectura, que hablan de un despertar de los corazones en la espera del Señor:
El Evangelio, ha proseguido el Papa, presenta a “Cristo que vence las parálisis de la humanidad”. Y como ha observado, “las parálisis de las conciencias son contagiosas”. “Con la complicidad de las pobrezas de la historia y de nuestro pecado -ha añadido- pueden expandirse y entrar en las estructuras sociales y en las comunidades hasta bloquear a pueblos enteros”. Pero, “la orden de Cristo puede revertir la situación: ‘¡Levántate y anda!’”:
“Recemos con confianza para que en Tierra Santa y en todo el Medio Oriente la paz pueda siempre levantarse de las paradas demasiado recurrentes y en ocasiones dramáticas. Sin embargo, se paren para siempre las enemistades y las divisiones. Se reanuden rápidamente los acuerdos de paz a menudo paralizados por intereses contrapuestos y oscuros. Sean dadas finalmente las garantías reales para la libertad religiosa de todos, junto al derecho de los cristianos de vivir en paz en donde nacieron, en la patria que aman como ciudadanos desde hace dos mil años, para contribuir como siempre al bien de todos”.
“El aliento ‘a los perdidos de corazón’ lo sentimos dirigido a cuantos en vuestra amada tierra egipcia experimentan inseguridad y violencia, a veces con motivo de la fe cristiana. ‘¡Ánimo: no temáis!’: he aquí las palabras de consuelo que hayan confirmación en la solidaridad fraterna. Agradezco a Dios este encuentro que me permite reforzar vuestra y nuestra esperanza, porque es la misma”.
El Pontífice ha recordado que Jesús experimentó con la Sagrada Familia la huida y fue hospedado en la «tierra generosa» de Egipto. Y así ha invocado al Señor para que «vele por los egipcios que por los caminos del mundo buscan dignidad y seguridad»:
Por su parte, el patriarca Sidrak ha expresado su alegría por haber podido concelebrar con el Papa y ha subrayado que la Iglesia en Egipto, en este delicado momento histórico, tiene “necesidad del apoyo” paterno del Sucesor de Pedro. Por este motivo, al igual que el papa Francisco, ha pedido también él el don de la paz:
«Y vayamos siempre hacia delante, buscando al Señor, buscando nuevos caminos, nuevas vías para acercarnos al Señor. Y si fuera necesario abrir un agujero en el techo para acercarnos todos al Señor, que nuestra imaginación creativa de la caridad nos lleva a esto: a encontrar y construir caminos de encuentro, caminos de fraternidad, caminos de paz».
“Pueda la luz de la santa Navidad ser la estrella que nos revele el camino del amor, de la unidad, de la reconciliación y de la paz, dones de los que mi tierra tiene tanta necesidad. Pedimos su bendición, Padre Santo, le esperamos en Egipto”.
Texto traducido y adaptado de Radio Vaticana por Iván de Vargas