El santo padre ha recibido esta mañana al presidente de la República de Paraguay, Horacio Manuel Cartes Jara, en el cargo desde el 15 de agosto de 2013.
El encuentro, que ha durado 25 minutos, se ha desarrollado en un clima de cordialidad y tras tomar nota de las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Paraguay, se han abordado temas de interés común relacionados con la situación del país y de la región, tales como la lucha contra la pobreza y la corrupción, la promoción del desarrollo integral de la persona humana y el respeto por los derechos humanos, según informa el comunicado facilitado por la oficina de prensa del Vaticano. Por último, se ha destacado el papel y la contribución de la Iglesia en la sociedad, así como la colaboración a nivel internacional de Paraguay con la Santa Sede.
En el habitual intercambio de regalos, el presidente paraguayo entregó al papa una estatua de madera de la Virgen, un libro de cartas de San Roque y un volumen con fotografías de las reducciones -misiones – de los jesuitas en el país.
El papa se detuvo a hojear el libro y bromeó diciendo que «la verdad es que lo que los jesuitas dejaron, con las reducciones, son muchas ruinas». Refiriéndose a que las misiones del siglo XVII en las que esta orden dio refugio y evangelizó en este país, están prácticamente destruidas. Además, cuando las hijas del presidente saludaron al papa le regalaron un kit para preparar mate.
Por su parte, Francisco regaló al presidente una copia del documento de Aparecida y las medallas del pontificado.
Mañana, el presidente y su comitiva asistirán a la misa que el papa oficia cada día en la capilla Santa Marta. Horacio Cartes ha acudido al Vaticano con una amplia delegación entre los que se encontraban el canciller, Elaido Loizaga; sus dos hijas, Sofía y María Sol; su hermana Sarah, el secretario general y jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Juan Carlos López Moreira, y el secretario privado, Fernando Ojeda.
Tras la reunión con Francisco, el presidente paraguayo se ha reunido con el arzobispo Pietro Parolín, Secretario de Estado a quien acompañaba Su Excelencia el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.