ROMA, domingo 19 febrero 2012 (ZENIT.org).- La denuncia del abogado estadounidense Jeff Anderson, contra Benedicto XVI, que pretendía incluso que el papa fuera a declarar en Estados Unidos como imputado, concluyó con el retiro del proceso por parte del demandante pues temía un fallo negativo de la justicia.
Es el caso llamado «John Doe 16 vs Santa Sede» fue presentado en abril de 2010 y causó gran escándalo en los medios. Se acusaba al papa y al Vaticano de haber encubierto al sacerdote de Wisconsin P. Lawrence Murphy, quien abusó sexualmente de cientos de menores entre 1950 y 1974 en una escuela para sordos en Milwaukee.
Cuando los abogados de la Santa Sede pidieron que se presentaran las pruebas, Jeff Anderson consideró que era más prudente retirar el juicio y así el viernes 10 de febrero en la Corte del distrectual de Wisconsin, presentó un pedido de archivación de la acción denominada «John Doe 16 v. Holy See».
Esto comporta “la archivación inmediata del juicio sin que sea necesario una sentencia por parte de la corte” indicó el abogado de la Santa Sede Jeffry S.Lena. O sea la demostración que las acusaciones eran inconsistentes.
El abogado de la Santa Sede Jeffrey Lena indicó que el proceso, pretendía que la Santa Sede y su número uno, el papa, fuera el responsable de todas las acciones de los cuatrocientos mil sacerdotes que existen en el mundo.
Además, si bien la responsabilidad penal es individual, eventualmente dichos clérigos dependen primero de sus obispos o superiores religiosos y no del Vaticano
Los abogados de la parte demandante «retiraron el caso porque sabían que iban a perder si el caso proseguía. Y era claro que no querían un fallo negativo por parte de la corte», declaró Lena a la agencia de noticias ACI prensa.
La misma agencia indica que por cada demanda que Anderson ha ganado contra la Iglesia, obtuvo entre 25 y 40% del total acordado.
Jeff Anderson además no era nuevo en casos de este tipo pues ha presentado en su vida profesional más de 1.500 demandas contra la instituciones eclesiásticas.
La Radio Vaticano por su parte recordó el enfático anuncio que hizo el abogado Anderson avisando que tenía informaciones según las cuales se demostraba que existía “una acción conjunta de nivel mundial” de la Iglesia conectada a los abusos sexuales, la cual era dirigida directamente por el Vaticano.
El abogado de la Santa sede considera incluso, que la teoría de la acusación haya sido cuidadosamente montada para favorecer un escándalo mediático: “Sobre una teoría tan vieja como desmentida fue creada para los medios de comunicación una secuencia de eventos que trasformó un hecho gravísimo, la violencia sexual contra un menor, en un instrumento de falsedad sobre la presunta responsabilidad de la Santa Sede” dijo.
El legal de la Santa Sede recordó además el empeño de la Iglesia en la lucha contra los abusos: “Fue principalmente el derecho canónico y no el civil que instituyó la obligación de la denuncia”. Y consideró que el caso “no es otra cosa que una instrumentalización”.
“No debemos olvidar –añadió el abogado defensor- que muchos años atrás John Doe 16, un joven solo y diversamente hábil, fue objeto de terribles abusos. Y que Benedicto XVI indicó como cada abuso, sea en una institución pública que privada, por cualquier persona, del credo o afiliación religiosa que sea es un pecado y un crimen”.