Lo humano en el corazón de la sociedad: homenaje a Václav Havel

Entrevista a Marie Chatardova, embajadora de la República Checa en Francia

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ROMA, martes 7 febrero 2012 (ZENIT.org).- “Václav Havel encarnaba una corriente de pensamiento que intentaba devolver al ser humano al corazón de la sociedad”, explica Marie Chatardova, embajadora de la República Checa en París, que evoca para ZENIT a este gran hombre de Estado y de la cultura, con motivo de un homenaje de la Iglesia de París.

El cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París, y presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, celebrará una misa dedicada a Václav Havel, que fue presidente de la República Checa, el próximo domingo, 12 de febrero, en la catedral de Notre-Dame de París.

Señora embajadora, ¿por qué una misa en Notre-Dame?

–Marie Chatardova: tras el deceso del ex presidente Václav Havel, la embajada checa en París ofreció la posibilidad, a todos los que quisieran unirse al duelo de los checos, de venir a encontrarse en sus locales y firmar libros de condolencia. Varios centenares de personas testimoniaron así su afecto hacia el ex presidente.

El cardenal André Vingt-Trois presentó sus condolencias a la República Checa dirigiéndome una carta.

Los funerales del 23 de diciembre fueron retransmitidos a la embajada y quienes deseaban estar de alguna manera “en la República Checa” para asistir, vinieron a unirse a la ceremonia por medio de las ondas.

En Praga, un millar de invitados asistieron a esta ceremonia en la catedral de San Guy en el Castillo. Numerosos dirigentes del mundo se unieron a los checos.

La misa que se celebrará por Václav Havel, en la catedral de Notre-Dame de París, será el cierre en Francia de esta serie de acontecimientos y que el arzobispo de París decidira, en colaboración la embajada, celebrarla está en perfecta correlacioón con los que los checos hicieron después de la muerte del ex presidente.

Tras la oración, una serie de conferencias y análisis rendirán homenaje al hombre político y al dramaturgo.

¿Cómo reaccionaron los checos a la muerte del presidente Havel?

–Marie Chatardova: En 1918, el país fue refundado por intelectuales de los que el presidente Masaryk era a vez símbolo y jefe. Es una constante, la población necesita reflexionar sobre lo que vivió o lo que sufrió. Los checos son de buena gana lo que se llama en Francia “intelectuales”. A menudo tienen una vida espiritual, cualquiera que sea su aproximación a la fe.

La muerte de Václav Havel se desarrolló a imagen de su vida. Rodeado de los suyos y de una religiosa de la orden de las Hermanas de la Caridad de San Carlos Borromeo, se extinguió en este marco sereno y el duelo de los checos estuvo desde el principio marcado por mucha dignidad. Se celebraron misas, durante las cuales la población expresó su gratitud por la acción del expresidente y rezó por el reposo de su alma.

La nación entera estuvo implicada y el gobierno checo decretó duelo nacional.

¿Qué acontecimiento de su vida impresionó más a la opinión?

–Marie Chatardova: Cada uno recuerda lo que hacía la tarde en la que el futuro presidente, en compañía de otros como Václav Maly, el futuro obispo auxiliar de Praga, estaban en el balcón de la plaza Wenceslao.

En la época, a causa de sus estancias repetidas en prisión por sus escritos políticos, Václav Havel era el disidente más conocido por la opinión pública. Durante el periodo comunista, había sido la gran figura de la oposición al régimen político de la “República socialista checoslovaca”, uno de los cofundadores y uno de los tres portavoces de la “Carta 77”, una organización de defensa de los derechos humanos en el país.

¿Qué tiene que decir todavía el presidente Havel a la Europa de hoy?

–Marie Chatardova: Václav Havel encarnaba una corriente de pensamiento que intentaba devolver al ser humano al corazón de la sociedad, que defendía la libertad de las almas contra reglamentación y la constricción dentro de un sistema, ya fuera comunista o fascista.

Lo hacía con una sensibilidad mayor que otros en la construcción de relaciones entre las personas, por ejemplo en la sociedad civil. Es lo que nuestro filósofo Patocka llamaba el “cuidado del alma”, que era para él la característica del espíritu europeo.

El cuidado de la libertad ha inspirado muchas acciones en la República Checa, como el empeño de la mayor organización no gubernamental checa “Gente Necesitada”. Los checos son a menudo activos en movimientos no violentos de apoyo a todos los disidentes del planeta.

Por Anita Bourdin

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ZENIT Staff

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