BERLÍN, jueves 15 de diciembre de 2011 (ZENIT.org).- Por primera vez, uno de los encuentros europeos de la Comunidad de Taizé se celebra en Berlín, Alemania. El hermano Alois, prior de la Comunidad de Taizé, anuncia en su carta anual el encuentro europeo que convoca a decenas de miles de jóvenes. El diario vaticano destaca este 15 de diciembre la importancia de este macroencuentro en torno a Navidad y Año Nuevo.
El diario vaticano L’Osservatore Romano informa, citando la carta del hermano Alois, que esta vez ha sido elegida una ciudad centroeuropea, marcada por una gran diversidad, proyectada al futuro, “pero a la búsqueda de una integración de la dolorosa memoria del pasado, urbe cuya población ha mostrado que no se desanima por situaciones difíciles”.
El hermano Alois, prior de la Comunidad de Taizé, escribe una carta anual de preparación al encuentro europeo, cada vez en una gran ciudad, que reúne a decenas de miles de jóvenes, entre Navidad y Año Nuevo.
Durante cinco días, del 28 de diciembre de 2011 al 1 de enero de 2012, Berlín será la capital europea de la juventud de Taizé y el símbolo de una Europa unida.
Tras Bruselas, Poznam, y Rotterdam, esta 34 edición de la “Peregrinación de confianza en la tierra” es una respuesta a la invitación de las Iglesias católica, protestante, y del Ayuntamiento de Berlín.
Tiene lugar en un momento en el que el viejo continente siente la necesidad de un nuevo soplo de vida, y en el que hay quien se interroga sobre las bases y los límites de la solidaridad europea.
La carta anual se medita durante todo el año, en los encuentros en Taizé o en el resto del mundo donde hay presencia de la comunidad de monjes, radicada en Francia, y expresión de ecumenismo de hecho en la comunidad eclesial.
La carta de 2012 titulada “Hacia una nueva solidaridad” se traduce a más de cincuenta lenguas. En la introducción, el hermano Alois escribe: “Si la solidaridad humana ha sido siempre necesaria, también necesita ser constantemente renovada, fortalecida a través de nuevas expresiones”.
Ante la sitación de la economía mundial, los cambios en los equilibrios geopolíticos, y el aumento de la desigualdad, el prior de Taizé se pregunta: “¿Podría ser esta una razón para reflexionar sobre todo acerca de las decisiones que hay que tomar en nuestra vida?”.
El impulso hacia una nueva solidaridad –destaca- “se nutre de convicciones enraizadas: una de estas es la necesidad del compartir. Es un imperativo que puede unir a los creyentes de diferentes religiones, y también de creyentes y de no creyentes”.
En toda Europa, grupos de jóvenes, en el espíritu de Taizé, se preparan a la peregrinación hacia Berlín.
Según un joven de la comunidad de Berlín, Europa necesita “estar unida en la solidaridad”. Los hermanos intentan compartir las condiciones de vida de los que le rodean, se esfuerzan en “ser una presencia de amor hacia los más pobres, los niños de la calle, los prisioneros, los moribundos, los que están heridos profundamente por los afectos y los abandonos humanos”.
En Berlín, el hermano Alois lanzará un llamamiento a los jóvenes para ir a las fuentes de la fe y buscar modos para superar las divisiones y la dispersión en la Iglesia y en la sociedad de hoy.
El encuentro se centra en tres oraciones cotidianas: la mañana en 150 parroquias de acogida, mediodía, y tarde en los salones de la Feria de Berlín.
Durante la oración de la tarde, el hermano Alois dirigirá una meditación. Se propondrán temas espirituales, sociales, políticos, económicos y artísticos. Por ejemplo, en el Reichstag (Bundestag) los jóvenes podrán dialogar con algunos miembros del parlamento federal alemán, en torno al tema “Para un mundo más justo: política y responsabilidad civil”.
También se ha previsto un encuentro con la comunidad hebrea de Berlín y una visita a una gran mezquita.
El hermano Roger, fundador de la Comunidad de Taizé, lanzó hace una treintena de años la “Peregrinación de confianza en la tierra” para estimular a los jóvenes a ser portadores de paz, confianza, reconciliación allá donde viven.