El secreto de la nueva evangelización, según Benedicto XVI

La colaboración entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 5 diciembre 2005 (ZENIT.org).- A inicios del tercer milenio, Benedicto XVI considera que el secreto de la nueva evangelización está en la colaboración entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos.

Así lo expuso este sábado al recibir al segundo grupo de obispos polacos en visita «ad limina apostolorum», quienes fueron presentados al Papa por monseñor Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia, antiguo secretario de Juan Pablo II.

El pontífice dedicó su largo discurso a proponer cómo debería tener lugar la nueva evangelización, el objetivo más ambicioso del pontificado de Karol Wojtyla.

Para ilustrar sus propuestas, el sucesor del Papa polaco se basó en uno de sus escritos más personales, su libro «¡Levantaos! ¡Vamos!», en el que recogió su experiencia como obispo en Cracovia.

Al reflexionar en los protagonistas de esta nueva evangelización, el obispo de Roma comenzó afrontando ante todo la misión de los obispos.

«Con su manera de vivir el obispo muestra que «el modelo de Cristo» no está superado; también en las actuales condiciones sigue siendo muy actual. Se puede decir que una diócesis refleja el modo de ser de su obispo», afirmó el Papa.

«Sus virtudes –la castidad, la práctica de la pobreza, el espíritu de oración, la sencillez, la finura de conciencia– se graban en cierto sentido en los corazones de los sacerdotes», siguió constatando.

«Éstos, a su vez, transmiten estos valores a sus fieles y así los jóvenes se sienten atraídos a responder generosamente a la llamada de Cristo», aseguró citando a Juan Pablo II.

En segundo lugar, el pontífice habló del destacado papel que deben tener en la nueva evangelización los sacerdotes diocesanos, motivo por el cual es importante prestar «particular atención a la calidad de la formación del seminario».

«Es necesario tener presente no sólo la preparación intelectual de los futuros sacerdotes para sus futuras tareas, sino también su formación espiritual y emotiva, subrayó.

En este sentido, el Papa pidió a los obispos que tengan en cuenta las disposiciones de la instrucción recién publicada por la Congregación vaticana para la Educación Católica «sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las Órdenes Sagradas».

«En caso de crisis vocacional, en la que pueden caer los sacerdotes, el obispo debería hacer lo posible para apoyarles y devolverles el empuje original y el amor por Cristo y por la Iglesia. Incluso cuando es necesaria una advertencia, no debe faltar el amor paterno», explicó el Papa.

En tercer lugar, destacó el papel que están llamados a ofrecer los religiosos –«una gran riqueza de la Iglesia»– a la nueva evangelización.

«El obispo puede y debe alentarles a integrarse en el programa diocesano de evangelización y a asumir las tareas pastorales, según su carisma, en colaboración con los sacerdotes y con las comunidades de laicos», aclaró.

En particular, pidió que los pastores de las diócesis busquen caminos para superar la crisis de vocaciones entre las congregaciones femeninas y que apoyen a las órdenes contemplativas.

Por último, reconoció que en medio de la «apostasía silenciosa» que se constata en algunas sociedades, los laicos tienen una tarea «insustituible», «pues se desarrolla en la vida cotidiana, en ámbitos en los que el sacerdote puede llegar con dificultad».

«La participación en la vida pública y en la política es tarea específica del laicado», recordó, asegurando che «todos y cada uno tienen el derecho y el deber de participar en la política».

«La Iglesia no se identifica con ningún partido, con ninguna comunidad política, ni con un sistema político –indicó–, más bien recuerda siempre que los laicos comprometidos en la vida política tienen que dar un testimonio valiente y visible de los valores cristianos, que deben ser afirmados y defendidos en caso de que sean amenazados».

Esta labor, explicó, los laicos deben «hacerla públicamente ya sea en los debates de carácter político como en los medios de comunicación».

Para que la acción política sea «eficaz» el Papa explicó que debe tener tres condiciones: «el amor por la verdad, el espíritu de servicio y la solidaridad en el compromiso a favor del bien común».

El encuentro del Papa con los prelados fue particularmente elocuente a causa de las palabras que dirigió monseñor Dziwisz en recuerdo de Juan Pablo II.

Tras agradecerle su decisión de abreviar «el tiempo para el inicio del proceso de beatificación», el arzobispo aseguró que el pueblo polaco «está ansioso de acogerle». «Todos esperan su visita a nuestro país, visita a la Iglesia que le quiere y le apoya con su constante oración».

El mismo Benedicto XVI reveló, en su primera entrevista televisiva, transmitida por un canal polaco el 16 de octubre, que este viaje podría tener lugar en junio de 2006.

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ZENIT Staff

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