ISLAMABAD, viernes, 2 diciembre 2005 (ZENIT.org).- Se expulsa a familias cristianas de Pakistán para dar alojamiento a los damnificados del terremoto del 8 de octubre, denuncia un obispo católico del país.
De este modo, cientos o incluso miles de personas de la zona de Jauharabad, ubicada cerca de la Cachemira controlada por Pakistán, están perdiendo sus casas sin la menor perspectiva de encontrar un alojamiento alternativo.
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), monseñor Anthony Lobo, obispo de Islamabad-Rawalpindi, expresa el miedo de que un incidente de expulsión forzada que él ha descubierto no sea más que uno de los muchos que podrían estar ocurriendo en toda la región.
El prelado explicó: «En un distrito cercano a Jauharabad, están evacuando a todos los habitantes, todos ellos cristianos. Somos el grupo más vulnerable, porque somos muy pobres y eso nos convierte en un objetivo fácil».
Aseguró que, para la comunidad cristiana, las expulsiones resultan particularmente insultantes por el hecho de que el Gobierno dispone de muchas tierras propias donde asentar a la población cachemira desplazada.
Sin embargo, las autoridades prefieren alojar a los refugiados en casas cristianas porque así se ahorran el dinero y el tiempo que les llevaría construir alojamientos alternativos.
El obispo Lobo señaló que está pensando en intervenir antes de que el Gobierno empiece a «seleccionar» a otras comunidades cristianas, y añadió que está juntando un equipo de expertos en Derecho para cuestionar esta decisión en los tribunales.
«Si fuera necesario, intentaríamos recabar el apoyo de un responsable gubernamental», afirmó.
Para los católicos paquistaníes, el incidente de la zona de Jauharabad tiene el mismo efecto que una bofetada, vista la inmensa operación de ayuda puesta en marcha por la Iglesia en favor de las víctimas del terremoto, independientemente de su pertenencia a una religión o el origen social, asegura el prelado.
A través de las donaciones provenientes de organizaciones católicas de otros países, el mismo obispo Lobo ha garantizado la distribución de alimentos, mantas y tiendas, entre otros.
Además, envió a un equipo de voluntarios expertos para buscar a los niños y adultos que corren mayor riesgo en vista del invierno entrante, en el que las temperaturas alcanzan los 15 grados bajo cero.
El obispo Lobo aseguró que estas expulsiones forzadas son sintomáticas de la cultura de falta de respeto y abusos que padecen los cristianos en todo Pakistán.