(ZENIT – Roma).- Un estudio conducido por un grupo de científicos españoles guiados por el doctor Emilio Jesús Alegre del Rey y publicado por el European Journal of Clinical Pharmacy reitera el potencial efecto abortivo del Levonorgestrel, la píldora del día después.
El doctor Alegre del Rey es farmacéutico en el Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Puerto Real, en Cádiz, España, y realiza estudios desde hace varios años sobre la llamada “anticoncepción de emergencia”.
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¿Cuándo comienza la vida?
— Doctor Alegre del Rey: Comienza en la concepción, cuando el espermatozoide y el óvulo forman el cigoto. Esta es una observación científica.
Se dice que el embarazo empieza con la implantación del embrión en el útero. ¿Se manipula el lenguaje para esconder la realidad?
— Doctor Alegre del Rey: Sí. Por ejemplo, se ha repetido hasta la saciedad que la píldora del día después no es abortiva. Para afirmar esto, se supone que el aborto pone fin al embarazo y que este empieza en el momento de la implantación del embrión en el útero. Pero esto es un sutil juego de palabras, que oculta la realidad.
En primer lugar, no es que el embarazo empiece en el momento de la implantación, es que es a partir de ahí cuando es posible detectarlo. Pero en segundo lugar, y más importante todavía, lo que es éticamente relevante no es poner fin a un embarazo, sino poner fin a la vida de un ser humano. Por tanto, lo que cuenta no es cuándo queremos decir que empieza el embarazo, sino cuándo emopieza la vida humana. La manipulación del lenguaje tiene mucho de “magia”: desvía la atención de los oyentes con el fin de que no miren el punto clave de la cuestión. Tertuliano, ya en el siglo III, dijo: “Homo est qui futurus est” (si será humano, ya lo es). Curiosamente, es interesante notar que esta simple y sabia observación es también un principio fundamental de la embriología del siglo XXI.
¿El Levonorgestrel, la llamada “píldora del día después” reduce los embarazos en más del 80% cuando se toma tres días después de la relación sexual? ¿Cuáles son las conclusiones de su estudio?
— Doctor Alegre del Rey: Nuestro estudio se concentra en el mecanismo de acción del Levonorgestrel. Hemos comparado los datos procedentes de distintos estudios que han sido publicados, aplicando una análisis cuantitativo. El resultado muestra que en la mitad de los casos en que los embarazos fueron impedidos por el Levonorgestrel, hubo fecundación, hubo concepción del embrión, pero la carga hormonal de la píldora impidió al embrión continuar su proceso de desarrollo, su vida.
La píldora del día después es catalogada como medio de anticoncepción de emergencia. Esto es lo que dicen los medios y la versión científica “oficial”…
— Doctor Alegre del Rey: No hay una versión científica “oficial”, sino diversas publicaciones sobre el tema. En la ficha técnica original del Levonorgestrel, al principio era reconocido también este efecto de impedir la implantación. Dos trabajos científicos apuntaban en la misma dirección (Fertil Steril. 2007 Sep;88(3):565-71. Epub 2007 Feb 22; Ann Pharmacother. 2002 Mar;36(3):465-70). Después se difundió una nueva versión del productor y el posicionamiento de la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia), que no es independiente. Este último posicionamiento, que negó el efecto abortivo, se basó en datos procedentes de estudios en animales, cuyo ciclo hormonal no tiene nada que ver con el de la mujer, y sobre un estudio sobre mujeres sin validez estadística.
Hemos demostrado que, con las evidencias actuales, nadie puede continuar negando el efecto contragestivo, abortivo, de esta píldora. Un anticonceptivo es un producto que impide la concepción. En el caso del Levonorgestrel, es verdad, pero es solo una media verdad, literalmente. En la otra mitad de los casos, su efecto se ejerce impidiendo a un embrión ya existente continuar su desarrollo y su vida. Este efecto se denomina “contragestivo”, una palabra que pocas personas conocen.
Por tanto, tomando Levonorgestrel se pueden producir abortos embrionarios. ¿Por qué los medios no dicen nada sobre esto?
— Doctor Alegre del Rey: La desinformación crea una falsa sensación de seguridad. Se omiten informaciones clave para los usuarios, que tienen el derecho de conocer el potencial efecto abortivo de esta píldora. El motivo por el que no se difunde esta información creo que es en parte comercial y en parte ideológico. Se da por hecho que las mujeres no necesitan saber aquello que a ellas no les interesa saber. Sin embargo, en un estudio del equipo de Jokin de Irala realizado con mujeres españolas, se les preguntó si tomarían la píldora sabiendo que era abortiva. La mayor parte de las mujeres dijo que no. Las mujeres que inconscientemente toman ese producto y descubren después que se trata de un abortivo, pueden sentirse engañadas y cargadas injustamente con este problema en su conciencia.
Cuando la píldora se comercializó hubo un notable rechazo; la ficha técnica del Levonorgestrel no omitía el posible efecto anti-implantatorio, por tanto, abortivo. Así, el producto tuvo mucha dificultad para ser difundido, y también para ser aprobado en países que protegen la vida humana desde el inicio, como en Hispanoamérica. Los productores, por tanto, usaron más tarde la estrategia de negar el efecto abortivo, y fue modificada la ficha técnica del Levonorgestrel.
Ahora, también los productores de otro “anticonceptivo de emergencia”, el Ulipristal acetato (EllaOne, la llamada “píldora de los cinco días después”) parecen haber aprendido la lección, y niegan que tenga un posible efecto abortivo. Sin embargo, es evidente que lo tiene, impidiendo el embarazo incluso si se toma cinco días después de la relación. Hace falta solo un poco de sentido común para darse cuenta que no es creíble que tenga solamente efecto anticonceptivo.
También para el personal sanitario es necesaria una cuidada y completa información sobre estas píldoras…
— Doctor Alegre del Rey: Cierto. Para tomar cualquier decisión ética, sea individual o colectiva, es esencial primero tener las mejores informaciones científicas sobre el problema, sin prejuicios de ningún tipo. El personal sanitario lo necesita por dos motivos: para informar correctamente a los usuarios y para tomar las propias decisiones éticas y, si es necesario, presentar objeción de conciencia. De esto era muy consciente el genetista francés Jerome Lejeune: una buena ética surge de la mejor información científica disponible. Esta es la razón de nuestro trabajo. Tenemos que aportar información libre de condicionamientos comerciales, ideológicos o de otros tipos, ni en un sentido ni en el otro. En nuestro equipo colaboran investigadores de distintos puntos de vista, pero todos buscamos mostrar la realidad, con el método científico.
La píldora del día después es utilizada principalmente por adolescentes, incluso varias veces. ¿Cuáles son las consecuencias y los riesgos?
— Doctor Alegre del Rey: Los estudios clínicos sobre esta píldora no los ha hecho la industria farmacéutica, sino la Organización Mundial de la Salud, con dinero público. Se pensó que podía utilizarse habitualmente, pero los estudios de seguridad con administración continuada fueron desastrosos: frecuentes y graves trastornos menstruales, dolor de cabeza, problemas vasculares…
Lógico, porque para obtener el efecto deseado con una sola dosis, estas píldoras contienen una cantidad de hormonas 10-20 veces superior a la píldora anticonceptiva diaria. Por eso, la píldora del día después fue lanzada para uso excepcional. Quien usa repetidamente esta píldora se expone a un riesgo serio. Lamentablemente en algunos países este producto ha sido aprobado también sin receta médica.
Quiero también comentar que el uso de la píldora del día después no reduce los embarazos no deseados o los abortos en términos reales. Se ha demostrado en numerosos estudios en varios países, con elevado nivel de evidencia.
La publicación de su estudio fue rechazado por varias revistas científicas ¿verdad?
— Doctor Alegre del Rey: Los primeros rechazos nos estimularon a mejorar el artículo, la forma de exposición de los resultados. Pero nos sorprendimos un poco de que otro estudio previo, con conclusiones contrarias, pero sin un elemental análisis estadístico, fue publicado sin problemas. Hemos hablado con otros grupos de investigación que han tenido complicaciones como las nuestras cuando las conclusiones de su estudio no eran “políticamente correctas”. En realidad, ha habido dificultades en todas las épocas. Aún así, esto es ciencia, y afortunadamente hay revistas que examinan solo la calidad científica de lo que se les envía. De hecho, recientemente se ha aceptado una aplicación de nuestro mismo análisis en otra revista. No se puede tapar el sol con un dedo.