(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco después de rezar la oración del ángelus desde su estudio que da a la Plaza de San Pedro, recordó su cercanía espiritual a las personas de las zonas afectadas por el terremoto de la madrugada del pasado miércoles en la zona de Italia central y rezó por ellos un Ave María con la multitud allí reunida.
El movimiento telúrico de 6 grados de la escala Richter y las sucesivas réplicas dejaron un saldo de más de 290 muertos y 2.500 personas sin hogar.
“Queridos hermanos y hermanas –dijo el papa Francisco– deseo renovar mi cercanía espiritual a los habitantes del Lazio, de Le Marche y de Umbria, duramente golpeados por el terremoto de estos días”.
Y señalo que piensa “en particular a la gente de Amatrice, Arquata, Pescara del Tronto y Norcia. Una vez más les digo a estas queridas poblaciones que la Iglesia comparte sus sufrimientos y sus preocupaciones, reza por los difuntos y por los sobrevivientes”.
A continuación el Santo Padre indicó que “la atención con la cual las autoridades, fuerzas del orden, la protección civil y voluntarios están operando, demuestra cuanto sea importante la solidaridad para superar las pruebas así dolorosas”.
Y concluyó indicando que “apenas posible también yo espero ir a verlos, para llevarles personalmente el consuelo de la fe, mi abrazo de padre y hermano y el apoyo esperanza cristiana”.
Rezemos por estos hermanos todos juntos: «Ave María…».
Las localidades más afectadas fueron Amatrice, con 230 muertos, Arquata del Tronto, con 50 y Accumoli, con 11. La solidaridad en Italia es enorme y hasta el momento se han recaudado más de 6,1 millones de euros.
El gobierno prometió reabrir las escuelas apenas sea posible para dar una señal, y señaló que localidades destruidas serán reconstruidas en los lugares en que estaban y no con ciudades satélites como en el anterior terremoto en el Aquila en 2009.
En el Ángelus: Mama Antula y la Fragata Liberta, y Francisco sonríe… “la tierra tira…”