(ZENIT – Roma).- La procesión con las reliquias de Santa Rosa, que partió ayer lunes al atardecer limeño desde la basílica del Santo Rosario hasta la cercana catedral de Lima, marcó el inicio del Año Jubilar por los 400 años de la muerte de santa peruana.
A partir del medio día la imagen de Santa Rosa partió en procesión hasta llegar por la tarde al convento de Las Nazarenas, y después retornar a la Basílica del Santo Rosario, en el Convento de Santo Domingo.
Para que la policía nacional de quien la santa es patrona, pudiera festejar debidamente, más de 200 integrantes del Movimiento Scout del Perú han sido desplegados en las principales calles y avenidas de Lima para dirigir el tránsito vehicular.
Entre las diversas iniciativas por el Año jubilar de Santa Rosa, figura el “buzón virtual” por la cuál los devotos podrán enviar al correo electrónico; santarosa.correo@gmail.com sus pedidos a la santa peruana, que serán impresos y depositados en el pozo del Santuario. Hoy desde la madrugada ya personas hacían cola para depositar sus cartas en el popularmente llamado ‘Pozo de los deseos’, ubicado en el santuario que abrió a las 6 de la mañana, y para evitar aglomeraciones el arzobispado recomendó no dejar las cartas último momento
El “pozo de Santa Rosa” se encuentra en lo que era su hogar, actualmente declarado santuario. Este lugar emblemático recuerda que Santa Rosa arrojó en el pozo la llave del candado del silicio que se puso en la cintura. Poco después de fallecida, al crecer el número de milagros y gracias obtenidas por su intercesión, un número cada vez más grande de personas comenzó a escribir sus necesidades espirituales y materiales como cartas que las echaban a dicho pozo. Esta costumbre perdura hasta hoy.
Santa Rosa de Lima es patrona de las Américas, Indias y Filipinas y cuenta con seguidores en todo el mundo. “Los pedidos llegan de lugares tan lejanos como como diversos: China, Alemania, Italia, países de África, Francia, Polonia, entre otros”, indican desde el santuario en Lima.
San Juan Pablo II en su exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in America recuerda que “América ha visto florecer los frutos de la santidad desde los comienzos de su evangelización. Este es el caso de Santa Rosa de Lima (1586-1617), « la primera flor de santidad en el Nuevo Mundo »… Después de ella, el santoral americano se ha ido incrementando hasta alcanzar su amplitud actual”.