(ZENIT – Roma 1 de noviembre de 2017) “La verdadera felicidad no consiste en tener cualquier cosa o de converstire en alguien: la verdadera felicidad es estar con el Señor y de vivir por su amor. ¿Lo creéis?”.
El papa Francisco ha hecho esta pregunta por dos veces antes del Angelus de este 1º de noviembre de 2017, fiesta de Todos los Santos, desde la ventana del despacho del palacio apostólico del Vaticano que da a la Plaza San Pedro.
El Papa ha puesto en evidencia la unión entre la fe, santidad y felicidad. En un tweet ha invitado a no tener miedo de la santidad “para todos”. “Debemos progresar para creer esto”, ha insistido el papa.
Ha tomado la comparación de la vidriera para decir: “Los santos son nuestros hermanos y hermanas que han acogido la luz de Dios en su corazón y que lo han transmitido al mundo cada uno según su propia “tonalidad”. Pero todos han sido transparentes, han luchado para quitar las manchas y las oscuridades del pecado, de manera que han dejado pasar la delicada luz de Dios. Esta es la finalidad de la vida: hacer pasar la luz de Dios y también es la finalidad de nuestra vida”.
Así, el Papa ha comentado el Evangelio de las bienaventuranzas leído en la misa del día: “Los ingredientes para la vida gozosa se llaman las bienaventuranzas: son bienaventurados los sencillos, los humildes que le hacen un lugar a Dios, que saben llorar por los otros y por sus propios errores, se mantienen mansos , luchan por la justicia, son misericordiosos hacía todos, guardan la pureza del corazón, no odian, y cuando sufren, responden al mal con el bien”.
El Papa ha abogado por una santidad en la vida de cada día: “Estas son las bienaventuranzas. No piden gestos deslumbrantes, no son para los superhombres, sino para quien vive las pruebas y las fatigas de cada día”.
Ha evocado también a los “muchos” santos de todos los días, presentes en el mundo hoy: “los santos son así: respiran como todo el mundo el aire contaminado del mal que hay en el mundo, pero en el camino, no pierden nunca de vista el recorrido de Jesús el que indica las bienaventuranzas, que son como el mapa de la vida cristiana. Hoy, es la fiesta de aquellos que han logrado el objetivo indicado en este mapa: no solamente los santos del calendario, sino tantos hermanos y hermanas “de la puerta de al lado”; que hemos podido haber encontrado y conocido”.
El Papa ha invitado espontáneamente a aplaudirles: “Hoy es una fiesta de familia, de tantas personas sencillas, ocultas que, en realidad, ayudan a Dios a hacer avanzar el mundo. Y hay tantos hoy! ¡Hay tantos! Gracias a estos hermanos y hermanas desconocidos que ayudan a Dios a hacer avanzar el mundo, que viven en medio de nosotros: saludemosles todos con un fuerte aplauso!
Después del Angelus, el Papa ha publicado este tweet en su cuenta Pontifex_es: “Queridos amigos, el mundo tiene necesidad de santos y todos nosotros sin excepción, estamos llamados a la santidad. ¡No tengáis miedo!”.
©Traducción de ZENIT, Raquel Anillo
Los “ingredientes” del Papa Francisco para vivir felices
La festividad de Todos los Santos o la santidad de todos