(ZENIT – 2 agosto 2019).- Los obispos bolivianos reclaman a las instancias de gobierno local y nacional a extremar esfuerzos para garantizar una verdadera y eficaz aplicación de las leyes, “precautelando en todo momento la vida y seguridad de las mujeres” que sufren maltrato.
Ayer, jueves 1 de agosto de 2019, Mons. Aurelio Pesoa, obispo auxiliar de La Paz y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana, realizó la lectura del comunicado titulado “Violencia contra las mujeres, grave síntoma de una sociedad que se deshumaniza”.
Con este mensaje, la Conferencia Episcopal Boliviana expresa su “denuncia y profunda preocupación” por los casos de violencia contra las mujeres y las familias que siguen incrementándose, “produciendo muerte y sembrando luto en cientos de familias bolivianas”.
Combatir las causas
Igualmente, los obispos manifiestan su solidaridad con los familiares “que sufren esta situación dramática” y con las mujeres que actualmente “están siendo acosadas y condenadas a sufrir en silencio”.
Por otra parte, la nota expone que la legislación vigente “no cuenta con las condiciones para incidir significativamente frente a este mal que desintegra nuestra sociedad y cuestiona sus fundamentos”.
De acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia, los obispos exponen que urge el trabajo conjunto de la sociedad para combatir las “verdaderas causas de este problema, tales como “la cultura machista que pervive, el deterioro general de valores morales, la pérdida del respeto al valor sagrado de la vida, la inaplicabilidad de las leyes y la lentitud del sistema judicial, el olvido del sentido religioso y valores trascendentes, la indiferencia y complicidad, la dependencia y sometimiento económico de las mujeres, diversas formas de marginación y otros males sociales que se ensañan con ellas como el alcoholismo, la violencia sexual, la trata y tráfico de personas, la drogadicción y el narcotráfico”.
Después remiten a las palabras del Papa Francisco en su visita a Perú en 2018, que describió los feminicidios como una “nueva plaga” y subrayó que “son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes”.
Además, el Santo Padre animó “a luchar contra esta fuente de sufrimiento pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia”.
Denunciar y apoyar
En cuanto a las personas que son testigos y sufren este problema, los prelados les instan a denunciar oportunamente los casos que se presenten y a brindar “apoyo y respaldo a las mujeres contra represalias y presiones cómplices”.
Finalmente, invitan a la Pastoral Familiar boliviana a ofrecer prioritariamente iniciativas para la prevención, atención y acompañamiento de las mujeres vulnerables y sus familias y apelan a “la conciencia humana y cristiana de los bolivianos para que juzguen la gravedad de estos delitos a la luz del Dios Padre, que quiere una vida plena y abundante para sus hijas e hijos”.