(ZENIT – 18 nov. 2019).- A los 28 días del estallido social en Chile, parlamentarios de oficialismo y oposición anunciaron el histórico acuerdo para reemplazar la Carta Magna que rige en Chile desde 1981 y que se nombró “Por la paz social y la nueva Constitución”, el pasado viernes, 15 de noviembre.
Tras llegar al acuerdo, que ha puesto fin a las protestas violentas y pacíficas, el presidente Sebastián Piñera dio las primeras instrucciones para apoyar el proceso de la redacción de los proyectos de ley que sean necesarios para concretar el pacto.
Plebiscito de entrada y de salida
Entre los proyectos, informa el diario chileno La Tercera, está una reforma constitucional para poder permitir la realización del plebiscito de entrada y también de salida. El plebiscito se fija para abril del próximo año y cualquier acuerdo al que llegue la instancia que se creará requerirá el apoyo de 2/3 de sus miembros para su aprobación.
Además, deben legislar para regular el periodo de campaña para la elección de los delegados que formarán parte de la convención constitucional. Para esto último, según afirmaron en el gobierno, «se buscará asimilar las normas que se aplican en otras elecciones: municipales, gobernadores y parlamentarias», indica el periódico nacional.
En un artículo publicado el lunes, 18 de noviembre de 2019, este mismo diario se ha hecho eco de las destrucciones de áreas verdes, daños a recintos públicos y privados y rayados de piezas históricas que ha sufrido el país en estos 31 días de manifestaciones, teniendo como principal escenario el centro de Santiago.
En concreto, el ataque incendiario a la iglesia de la Veracruz, del barrio Lastarria, la profanación del Santuario María Auxiliadora gestionado por los salesianos en la ciudad de Talca, y otros efectos colaterales que han sufrido recintos religiosos, universidades y edificios públicos, están aun recientes a un mes del estallido social.
La persona en el centro
Luis Berríos, secretario de la Vicaría Pastoral Social-Caritas, del Arzobispo de Santiago, declaró a zenit que en su opinión, un pacto social «es una nueva constitución que considere a la persona en el centro» y que «garantice derechos sociales a través de los cuales todas las personas podamos vivir con la dignidad que nos es propia».
En general «todo el país» ha estado afectado, observó Berríos. «Algunos tienen una afectación material, producto de daños físicos, materiales y gran parte de la población tiene una afectación emocional».
En Santiago, las comunas de Puente Alto, Maipú, Peñalolén, Renca, Quilicura han sido muy afectadas ya que se han perdido medios de vida, de locomoción, fuentes de abastecimiento y daño en infraestructura pública. No obstante, señaló Berríos, «el mayor daño lo han tenido las comunidades y las familias en donde ha habido pérdidas de vidas humanas».
Ayuda prestada por la Iglesia
«Instituciones especializadas de la Iglesia hemos diseñado una metodología y una plataforma web para motivar la realización de cabildos, a través de los cuales las comunidades, parroquias, colegios, pueden elaborar sus propuestas, las que serán sistematizadas por una universidad y puestas a disposición de las autoridades», declaró Berríos.
La Iglesia de Santiago, a través de la Vicaría, implementó algunas estrategias de respuesta inmediatas y algunas de recuperación temprana, frente a la crisis social y humanitaria, por ejemplo cinco centros de escucha y orientación, a través del cual se recibió a la población afectada por situaciones de vulneración de derechos para orientarles ante una posible denuncia.
También se realizaron acciones de contención individual y comunitaria para quienes lo requirieron, y asesoría en derechos laborales, explicó el secretario de Pastoral Social.
Alimentos y aseo
En tercer lugar, han entregado ayuda directa tanto en alimentos como en útiles de aseo a familias que han perdido su fuente de ingreso, muchos de ellos migrantes llegados recientemente al país. Finalmente se está apoyando a la red de comedores parroquiales tanto en abastecimiento como en voluntariado, apuntó el trabajador del Arzobispado.
En el ámbito de recuperación temprana, se han desarrollado acciones de contención, como por ejemplo, las que realizan jóvenes voluntarios con niños, niñas y adolescentes a través de las llamadas Colonias Urbanas, señaló.
