(ZENIT – 8 oct. 2019).- Lo obispos de la Conferencia Episcopal ecuatoriana, a través de un comunicado publicado el pasado 4 de octubre de 2019, “consecuentes con nuestros principios y valores humanos y cristianos”, llamaron a la paz, la justicia y el diálogo ante la actual situación que vive Ecuador.
Según informa la agencia de noticias Fides, en los últimos días se han registrado disturbios y protestas en varias ciudades de Ecuador. Igualmente, se han producido agresiones y actos de vandalismo, con duros enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales y un resultado de más de 350 detenciones.
El origen de todo ello se debe al anuncio del presidente Lenín Moreno de eliminar los subsidios estatales al combustible, que provocó la huelga y las reivindicaciones de las categorías de transporte pesado, autobuses y taxis.
Paz
Los prelados indican en su nota que “la paz social es el valor fundamental para considerar y hacer efectivos los derechos fundamentales, particularmente de los menos favorecidos, comenzando por el derecho a la vida en todas sus etapas y dimensiones”.
Y declaran que la violencia, en cualquiera de sus formas, “impide una visión objetiva de la realidad y pone en serio peligro la vigencia de los derechos que tanto debemos precautelar”.
Justicia
Para los miembros del episcopado, la justicia social ha de situarse en el centro de las decisiones estatales y privadas, de tal forma que todo ecuatoriano cuente con las condiciones necesarias para vivir con dignidad. Las compensaciones sociales deben favorecer a los más pobres”.
Y recordaron que dicha justicia social exige a los poderes estatales “la recuperación de los bienes del pueblo, usurpados mediante sistemas fraudulentos, para invertirlos en educación, salud, seguridad, vivienda, entre otros”.
Diálogo
Con respecto al diálogo, los obispos ecuatorianos consideran que “es el camino más adecuado y eficiente para que los ecuatorianos, especialmente los políticos, empresarios y representantes de los gremios y sindicatos, encontremos nuevos caminos que nos conduzcan hacia un país próspero desde una economía justa y solidaria”.
Y agregaron que el diálogo permite que las distintas organizaciones “asuman el compromiso de buscar el bien común más allá del propio, permaneciendo abiertos al encuentro responsable, libres de posiciones extremas”.
Y, finalmente, apuntaron que, como pastores de la Iglesia Católica, acompañan al pueblo en sus necesidades y oran “por un Ecuador pacífico, justo y equitativo, con pan y trabajo para todos”.