(ZENIT – 29 julio 2018).- El Papa Francisco recibió, el viernes, 27 de julio de 2018, la carta en la que el cardenal de los Estados Unidos Theodore McCarrick, 87, arzobispo emérito de Washington, presentó su renuncia como miembro del Colegio de cardenales, según un comunicado de la Santa Sede, en italiano e inglés, este sábado 28 de julio.
El comunicado añade que «el Papa Francisco aceptó su renuncia como cardenal, y decidió suspenderlo del ejercicio de cualquier ministerio público».
El Papa también impuso al ex cardenal «la obligación de residir en una casa que se le indicará, para una vida de oración y penitencia, hasta que las acusaciones de las que es objeto sean aclaradas por un proceso canónico regular».
Aunque se retiró, siguió viajando, especialmente para defender los derechos humanos.
El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York -donde el propio Theodore Mc Carrick era arzobispo antes de ser nombrado para Washington en 2002- dijo que su diócesis había recibido acusaciones de violencia que datan de «hace más de 45 años».
Alertado, el Vaticano le había pedido al cardenal McCarrick que «de no ejercer públicamente su ministerio«. Theodore McCarrick declaró ser inocente aun diciendo «aceptar esta decisión» .
El Cardenal Joseph Tobin de la Archidiócesis de Newark, en Nueva Jersey, habló de otros tres casos de abuso sexual en adultos. Dos quejas dieron lugar a acuerdos “amistosos«: en otras palabras, se realizaron pagos.
El obispo McCarrick también está acusado de acoso por un antiguo seminarista que ahora es sacerdote en la diócesis de Albany, el P. Desmond Rossi, en las columnas de la revista de los jesuitas “América».
Él podría ser despedido del estado clerical. En cuanto a los obispos y sacerdotes que habrían tenido conocimiento de estos presuntos actos y se han mantenido en silencio, ocultando la realidad, también podrían perder sus oficios.
Finalmente, el sistema de elegir obispos podría ser reconsiderado.
El Cardenal Daniel N. DiNardo, Arzobispo de Galveston-Houston y Presidente de la Conferencia de los Obispos de los Estados Unidos, emitió una declaración en la que agradeció al Papa Francisco «por su liderazgo» con motivo de esta «importante» decisión.
