Carta del Papa a una joven presa - Conferencia Episcopal Chile

La carta del Santo Padre a una joven encarcelada en Chile

La joven había escrito al papa Francisco para hablarle de su situación en la cárcel

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(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha escrito a una joven madre presa en una cárcel de Chile. Monseñor Luis Infanti de La Mora, obispo vicario de Aysén y el capellán de las cárceles de Aysén, el padre José Barría, se trasladaron hasta la cárcel de Coyhaique para hacer entrega de la misiva.
Nicol, explica una nota publicada en la web de la Conferencia Episcopal de Chile, envió dos cartas al papa Francisco y fue a la segunda a la que respondió. Así, la joven cuenta que cuando las visitó el nuncio, le contaron que le habían escrito una carta al Pontífice y les dijo que le escribieran otra y él la llevaría personalmente. En la carta, cuenta Nicol, le contaba “cómo estaba acá, cómo vivía, qué sentía, mi condena y hartas cosas, que rece harto por mí y por las personas que vivían acá conmigo”.
En su carta, el Santo Padre agradece a Nicol  “la confianza que me ha mostrado, así como las oraciones que desde su soledad eleva por mí y que tanto necesito”. Asimismo le asegura que «la tengo presente en mis oraciones, como también a su hijo Fernando, y pido a Dios para que le conceda la luz de la fe y la fuerza de la esperanza, y que pueda sentir el consuelo de Dios misericordioso en la cercanía de las personas que ama”, indica. “Nuevamente, gracias por su carta. Y, por favor, le pido que siga rezando por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide. Con afecto, Francisco”, concluye la misiva.
Cuando supo que el Santo Padre había contestado a su misiva, la joven se sorprendió y al principio no se lo creía. “Ahora me gustaría contarle que tengo mi familia, que me casé, que tengo una niñita de dos meses”, añade la joven.
Por su parte, monseñor Infanti, comenta que esta no es solo una carta personal hacia Nicol, sino que es un mensaje para todos y todas quienes se encuentren recluidas. “Es una carta de aliento a tener fortaleza, confianza, valentía y esperanza, aun estando en la cárcel, ya que no es un lugar donde se pierda la esperanza, sino que es un momento en que se pueden fortalecer los proyectos de vida para una sociedad más justa y más fraterna y sentimos que la falta de libertad en una cárcel, no quiere decir falta de dignidad, de valor, de confianza, en que las personas podemos recuperar y vencer nuestras equivocaciones, nuestros errores y proyectar nuestra vida de manera más grata para nuestra sociedad”, explica el prelado. 
Al finalizar la visita, las internas de la cárcel prepararon un desayuno para compartir junto al obispo, el capellán y el cuerpo de gendarmería del recinto.

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ZENIT Staff

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