(ZENIT – 10 julio 2019).- Mañana comenzarán las operaciones de apertura de las dos tumbas del Cementerio Teutónico, dentro del Vaticano, para verificar si los restos de Emanuela Orlandi –hija de un empleado vaticano, desaparecida a la 15 años– se encuentran allí.
Si mañana se encuentran restos mortales de la joven en el Vaticano, se aplicarán «los protocolos internacionales que se utilizan para la identificación de los restos óseos para su clasificación y datación y para todos los demás diagnósticos que se pueden hacer en antropología forense, para establecer la edad, el sexo, la estatura, etc», ha descrito antropólogo forense Giovanni Arcudi, informa Vatican News en español.
«Estamos empeñados en la apertura de dos tumbas en las que presumimos encontrar restos ya en estado esquelético», señala el especialista, que se encargará del análisis de los restos y del relevamiento de muestras para el posterior examen de ADN, en presencia del perito y abogado de la familia Orlandi.
La Oficina del Promotor de Justicia del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, ordenó la apertura de dos tumbas de dicho cementerio, una disposición relacionada con uno de los archivos abiertos sobre la desaparición, el 22 de junio de 1983, de la joven italiana Emanuela Orlandi, que muchos estiman fallecida en el Estado Vaticano.
«Tumba del Ángel»
Serán abiertas la llamada «Tumba del Ángel», en la que está enterrada la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en el 1836 y aquella adyacente en la que está enterrada la princesa Carlotta Federica de Mecklenburgo, fallecida en el 1840. El apoyo a la autoridad judicial estará garantizado por personal cualificado del Centro Operativo de Seguridad de la Gendarmería Vaticana.
En este contexto, Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, ha entrevistado al antropólogo forense, uno de los mayores expertos en antropología forense y profesor de medicina legal en la Universidad de Tor Vergata.
Orden protocolar
Esta primera fase será una investigación de antropología forense, que tiene como objetivo llegar al diagnóstico «a través del examen morfológico de los huesos». El jefe del proyecto describe: «Tomamos hueso por hueso y vemos cuáles son sus características y en base a esto definimos todos los diagnósticos».
Arcudi explica que han preparado un orden protocolar, que podrá sufrir cambios en función de lo que encontremos después de la apertura de las tumbas, si nos enfrentáramos a hallazgos diferentes de los que esperamos.
Si debajo de las tumbas encuentran los dos cuerpos de las personas que se supone han sido enterradas allí, investigarán –por separado– los dos esqueletos, comenzando por la extracción, limpieza, colocación sobre una mesa anatómica de las estructuras óseas y haciendo para cada una de estas estructuras óseas todas aquellas observaciones que se realizan en antropología forense, es decir, aspectos morfológicos.
Huesos de más de 150 años
«No puedo predecir ahora cuál será el tiempo de ejecución porque depende, precisamente, del estado, calidad y cantidad de los restos que encontremos», aclara el antropólogo forense. De la posibilidad de decir inmediatamente si se trata de un esqueleto entero o no, y así sucesivamente. Todas estas son dificultades que no son predecibles exactamente en este momento en referencia a los tiempos de ejecución.
Los tiempos de implementación estándar «pueden ser de tres, cuatro, cinco horas, tratándose de dos tumbas». Sin embargo, «estos tiempos pueden sufrir -y por mi experiencia digo que a veces – a menudo- sufren ampliaciones debido precisamente a lo que se plantea según los casos, quizás inesperado: algunas dificultades para identificar la morfología, dificultades relacionadas, por ejemplo, con el desgaste de los huesos».
El estado de conservación de los huesos es lo que determinará el tiempo necesario. Obviamente, no es previsible antes de abrir las tumbas». Arcudi recuerda que estamos hablando de huesos, hipotéticamente, de más de 150 años. Dependiendo del estado en el que se hayan conservado, pueden haber sufrido un deterioro igual a cero o significativo, comenta el especialista. «Mucho depende de las condiciones ambientales, del microclima en el que se encuentran, de la humedad, de la presencia de infiltraciones, de las posibles acciones de la micro fauna».
Tiempo de la investigación
A partir de un primer análisis de los huesos, anuncia Arcudi, «ciertamente podemos proponer una fecha», aproximada, «pero para los períodos que necesitamos -de 50, 100, 200 años- podemos hacerlo». «Podemos distinguir si es un hueso de 10 años o si lleva allí 50 o 150 años. Ya podemos diagnosticar el sexo, si las estructuras óseas resultaran todas bien conservadas. Después de este primer examen, también podríamos excluir la hipótesis de que los restos óseos pertenezcan a personas diferentes a las dos que fueron enterradas allí», matiza.
«Es obvio que si, por ejemplo, se encontraran huesos pertenecientes a diferentes individuos en la misma tumba, el tiempo de la operación se alargaría», indica. «Podría ser útil la identificación odontológica, el estado de los dientes, a partir del cual se puede rastrear hasta la edad, así como, hago una hipótesis, si el trabajo de un dentista se remonta al siglo XIX o, por el contrario, es más reciente».
Extracción de ADN nuclear
Aparte del examen morfológico de los huesos, el examen de ADN se realizará en todo caso «para llegar a certezas y excluir de forma definitiva y categórica que en las dos tumbas haya algún resto atribuible a la pobre Emanuela», explica el antropólogo italiano.
El tiempo de extracción del ADN varía mucho, dependiendo del estado de conservación de los restos óseos. Pueden variar, pueden ser necesarios 20 días, 30 días, e incluso pueden ser 60 días porque a veces hay que repetir la prueba. «Teniendo en cuenta que para la identificación necesitamos la extracción de ADN ‘nuclear’, que sufre degeneraciones, variaciones importantes como consecuencia de los fenómenos atmosféricos. El ADN mitocondrial podemos extraerlo más fácilmente, pero eso no nos permite hacer análisis comparativos o hacer el perfil genético», ha aclarado.
Trabajo en equipo
Los trabajos serán realizado por el director, Giovanni Arcudi, y por un equipo «porque son investigaciones que deben realizarse con un mínimo de ayuda, para la medición de los huesos, para la descripción de cada resto».
El profesional contará con dos de sus colaboradores, y utilizarán los protocolos y métodos que se utilizan en todas las investigaciones de antropología forense, independientemente de la importancia y de la connotación del caso. «Esto es lo que se hace y que hacemos siempre, para lograr resultados que satisfagan todas las exigencias de la investigación judicial», ha explicado.