(ZENIT – 10 sept. 2019).- El próximo mes, del 6 al 27 de octubre de 2019, tendrá lugar en el Vaticano la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos sobre la Panamazonía, convocada por el Papa Francisco y sobre el tema: “Amazonía, Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”.
Ecuador es uno de los 9 países que constituyen un territorio amazónico, que cuenta con casi 8 millones de kilómetros cuadrados y está formado por parte de Brasil, Bolivia, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, Guyana, Suriname y Guayana Francesa.
Amazonía en Ecuador
El área amazónica del Ecuador se extiende en 120.000 km² (el 48% del territorio nacional) y comprende las provincias de Sucumbíos, Orellana, Napo, Pastaza, Morona y Zamora. En ella vive aproximadamente el 5% de la población ecuatoriana, cerca de 740 mil habitantes.
En esta zona existen pueblos que voluntariamente se mantienen sin contacto con la sociedad, como los Tagaeri, Taromenane y Oñamenane, establecidos en las provincias de Orellana y Pastaza.
Si bien es cierto que Ecuador ocupa una porción pequeña de la Amazonía, un 2 o 3 por ciento del total, esta es considerada»la región más biodiversa» de la cuenca, según declaró recientemente Natalia Greene, presidenta de la Coordinadora de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y Medio Ambiente (Cedenma), a la agencia de noticias EFE.
Actividad económica
La principal actividad económica de la Amazonía ecuatoriana es la extracción de petróleo, oro y cobre, causa de constantes conflictos sociales y daños ambientales.
Así, desde la década de los años sesenta los habitantes luchan contra las consecuencias dañinas para la salud y la dignidad de los habitantes a causa de la actividad extractiva.
Por otra parte, la tala en este área ecuatoriana es incluso superior a la de Brasil, primer país en extensión de territorio amazónico. Así lo indicó Carlos Larrea Maldonado, coordinador del programa de cambio climático y sustentabilidad de la Universidad Andina Simón Bolívar a la misma fuente, apuntando que dicha deforestación afecta a entre un 15 y un 20 por ciento de la Amazonía.
Historia Iglesia en la Amazonía
Los misioneros dominicos fueron los primeros en instalarse en el este de Ecuador, en 1541, mientras que los franciscanos iniciaron sus incursiones en 1632.
A partir de 1638, los jesuitas tomaron contacto con más de 40 pueblos, hasta que en 1767 fueron expulsados por orden del Carlos III de las regiones amazónicas. No obstante, regresaron en 1869 y empezaron a encargarse de las misiones en Oriente.
Aportaciones de la misión
Los padres dominicos, los josefinos, las hermanas doroteas, las religiosas dominicanas y de otras comunidades femeninas colaboraron en la misión, algo proporcionó frutos importantes para los pueblos nativos.
Los sacerdotes salesianos llegaron a Ecuador en 1888 y superaron enormes dificultades en las misiones. Con la ayuda de las Hijas de María Auxiliadora, construyeron carreteras y puentes, y también compusieron diccionarios y gramáticas.
Los frailes franciscanos recibieron la Prefectura de Zamora en 1892 , y en 1936 las Hermanas Franciscanas se adhirieron a la obra misionera.
Las Carmelitas Descalzas llegaron a Ecuador en 1928, con la ayuda de las Hermanas Mercedarias, fundaron escuelas, facultades y puestos de salud. A ellas les siguieron misioneros carmelitas y los Dominicos de la Presentación.
Los capuchinos regresaron al Ecuador en 1949, tras la expulsión decretada en tiempos del gobierno liberal anticatólico de Eloy Alfaro. En 1954 las misioneras Lauritas contribuyeron en un amplio campo de trabajo apostólico, hasta su retirada en 1977 por falta de personal.
En ese mismo año llegaron a Ecuador los Capuchinos Terciarios de la Sagrada Familia.