Título: Tres meses
Autor: Tomás Trigo (Vilanova de Arousa, 1953)
Editorial Sekotia, Madrid 2018
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(ZENIT – 24 julio 2018).- A Miguel, un joven estudiante de Derecho, ateo y triunfador, le diagnostican un cáncer de páncreas. Después de un corto tratamiento, los médicos afirman que le quedan tres meses de vida. Lleno de odio hacia sus padres, que se separaron cuando era un niño, decide pasar sus últimos días en la casa de sus abuelos, un pazo gallego de la provincia de Pontevedra.
Miguel se encuentra sin recursos ante un futuro que, sin un más allá, resulta absurdo: la muerte y la nada. El suicidio se le presenta como la solución más lógica para superar la angustia. Pero algo sucede en el último momento. Cuando está al borde de la muerte, unos ojos llenos de cariño hacen que pida ayuda y se salve.
A través del amor de sus abuelos, de la amistad con el sacerdote del pueblo y con otras personas que viven de modo coherente su fe, en el corazón de Miguel se va abriendo paso, poco a poco, la luz de la esperanza, hasta que es tocado por la gracia y responde abriendo su alma a Dios.
A pesar de su intento de suicidio, Miguel ha tenido la valentía de pensar, de afrontar con sinceridad su situación, el absurdo de una vida sin trascendencia. El mensaje del autor es que quien busca sinceramente la verdad, la encuentra; y encontrar la verdad es encontrar a Dios.
La novela, sin perder el ritmo narrativo, aborda los grandes problemas del sentido de la vida, del sufrimiento y de la muerte. A través de las personas que ayudan a Miguel con su ejemplo y su amistad, descubrimos también la causa profunda de la alegría del cristiano. Todo ello hace que el lector no creyente se plantee su propia realidad, y el creyente se replantee si su vida es coherente con lo que cree.
Si tuviera que destacar un mensaje que la novela trasmite, elegiría este: Dios nos quiere con corazón de padre y de madre, y no descansa hasta que sus hijos perciben su amor y son felices.
Este mensaje lo recibe Miguel, sobre todo, de dos personajes: Carmen, una madre de familia joven, creyente, que a pesar de estar desahuciada por los médicos, manifiesta una alegría serena y contagiosa; y don Javier, el párroco, un sacerdote joven también, con mucha fe y mucho sentido común, que le ayuda a salir de su egoísmo y darse a los demás.
Miguel, que había sufrido durante años por la separación de sus padres, y que nunca se sintió querido por ellos, empieza a darse cuenta de lo que significa ser querido por Dios. Es una intuición del alma, que se apoya en el amor que recibe de los demás: sus abuelos, el párroco, Carmen y sus nuevos amigos. Y es que a través del cariño de los demás, podemos ver el cariño de Dios.
Pienso que la historia de Miguel quiere despertar en el lector la esperanza que todo ser humano busca, aun sin darse cuenta: existe un Dios que nos ama de verdad, con un corazón loco de amor por cada uno de sus hijos, y en ese amor se encuentra la felicidad que todos deseamos en lo más profundo de nuestro ser.
Si algo necesita el mundo de hoy es la Esperanza con mayúscula. Las pequeñas esperanzas y los pequeños goces de esta vida no llenan nunca un corazón que está hecho para Dios.
“Tres meses” está ambientada en el Salnés, comarca de la ría de Arosa, una de las cinco rías bajas gallegas, la tierra en la que el autor vivió su infancia. Los personajes son de carne y hueso, con su carácter, sus talentos y sus miserias. Inspirada en hechos reales, la narración pasa, con naturalidad, del sufrimiento y la angustia a la alegría y al buen humor, frutos de la esperanza en Dios.
