Vincent Lambert, el enfermero francés que está en estado vegetativo desde 2008 tras un violento accidente de tráfico, será mantenido con vida. Esta es la decisión de los médicos del hospital de Reims, donde el hombre está ingresado desde hace siete años. Los tratamientos no serán interrumpidos, incluso los médicos han pedido al tribunal de la República francesa designar un representante legal para Lambert.
Esto sucede porque la familia del hombre está dividida: por un parte parte los padres quieren seguir con el tratamiento; por otro lado la mujer y muchos de sus hermanos –seis de ocho– piden interrumpir los cuidados.
A principios de junio, la Corte europea de Derechos Humanos de Estrasburgo dio vía libre para la interrupción de la hidratación y la nutrición artificial de Lambert, siguiendo así la petición de su mujer, Rachel, y del Consejo de Estado francés. La sentencia fue cuestionada por los padres, quienes grabaron un vídeo para demostrar que Vincent reacciona a la estimulaciones de sus seres queridos. La decisión de proseguir o no con la alimentación artificial del paciente se deja entonces a Marisol Touraine, ministra de Sanidad.
En Francia, la ley sobre el final de la vida del año 2005 impide la eutanasia activa. El caso de Lambert es especialmente delicado porque él se encuentra en un estado de “conciencia mínima”, que no es un estado vegetal pero tampoco se pude comparar con un verdadero estado de conciencia, a pesar de que Lambert sí siente el dolor, puede tragar y mueve los ojos.