(ZENIT Noticias / Roma, 21.11.2025).- Desde Argentina, el sacerdote misionero conocido como “padre Rico”, de la “Orden” de San Elías, emprendió en los últimos meses una misión en Pakistán para predicar el Evangelio y rescatar a familias cristianas sometidas a prácticas semejantes a la esclavitud. Su congregación, fundada con el objetivo de evangelizar “naciones que no conocen a Cristo”, organiza misiones cortas —pero intensas— en países como Pakistán, Malawi, Yemen o Tíbet.
En esta misión le acompañó un joven laico llamado Diego, español cuya reconversión al catolicismo le llevó a lanzarse junto al padre Rico en una de las misiones más peligrosas. Diego ha ejercido un papel clave no solo en la liberación de personas, sino también como gestor de un proyecto de reconstrucción social llamado PaX —“paz en latín” y, en su segundo sentido, “Pakistan Christendom” —, promovido por la Orden.
Durante su estancia en la región de Punjab, el padre Rico y Diego han logrado liberar a más de un centenar de cristianos atrapados en la esclavitud por deudas. Según explican, compraron por valor de unos 1.700 dólares (según el cambio local) la libertad de algunas familias, contraponiéndose así a un sistema denunciado por organismos internacionales. Muchas de estas personas vivían desde generaciones en kilns de ladrillos donde debían trabajar para pagar deudas impuestas arbitrariamente.
Los relatos de abuso son estremecedores: mujeres víctimas de violaciones sistemáticas, matrimonios forzados, conversiones forzadas al islam, tortura. El padre Rico afirma que algunos tenían prohibido asistir a servicios cristianos o recibir sacramentos.
En el día de su liberación, el sacerdote no solo formalizó su rescate, sino que les ofreció los sacramentos, incluyendo el bautismo para quienes no eran cristianos o pertenecían antes a otras confesiones cristianas. Para ello usó el rito tradicional del Rituale Romanum, que incluye exorcismos, según han contado él y Diego.
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Tras el rescate, además de asistencia material, los liberados han recibido Biblias, rosarios e imágenes de la Sagrada Familia.
El proyecto PaX, impulsado por padre Rico y Diego, aspira a ser un refugio duradero para los liberados ya que hay planes de rehabilitación profunda: formar comunidades seguras, ofrecerles medios dignos de sustento mediante agricultura, construcción, ganadería y producción de materiales de construcción.
La primera comunidad podría acoger entre 300 y 400 personas, con espacio para que vivan con dignidad, practiquen su fe y educen a sus hijos en un hogar de esperanza.
La labor misionera no ha estado exenta de riesgos: según el padre Rico, permanecieron bajo constante vigilancia por parte de informantes musulmanes. Aun así, para él, cada rescate ha sido “un día de doble liberación”: libertad física y liberación espiritual mediante los sacramentos.
Diego, por su parte, relata cómo quedó profundamente marcado por el testimonio de los rescatados: “Después de una vida de comer basura… algunas personas ni siquiera saben lo que significa ser humanos”, dijo, y aseguró que su fe y su misión están unidas a la cruz de quienes han sufrido tanto.
La “Orden” de San Elías, organización misionera detrás de Proyecto Omnes Gentes, muestra con esta misión su compromiso con los más desfavorecidos, especialmente en regiones donde los cristianos viven marginados o perseguidos. Gracias al respaldo de donantes, fieles y obispos, padre Rico y Diego esperan regresar nuevamente a Pakistán, con el sueño de consolidar más comunidades PaX que sigan ofreciendo refugio, fe y dignidad a los cristianos liberados de la esclavitud moderna.
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