(ZENIT Noticias / San juan, 29.09.2025).- En medio de un clima social y político marcado por debates sobre identidad, sexualidad y derechos, la Conferencia Episcopal de Puerto Rico ha dado a conocer una guía pastoral que coloca a la educación en el centro de la discusión. El texto, dedicado a las familias y escuelas católicas, busca ofrecer claridad en un terreno en el que abundan tensiones ideológicas y legislativas.
La propuesta episcopal parte de una convicción que consideran irrenunciable: el ser humano fue creado por Dios como varón y mujer, llamados a la igualdad y a la complementariedad. Desde esa base, los obispos señalan que la llamada “ideología de género” representa un riesgo, especialmente para niños y jóvenes, pues introduce una separación artificial entre biología e identidad que la tradición cristiana considera incompatible con la visión integral de la persona.
No obstante, el documento no se limita a un tono confrontativo. Los prelados insisten en que la Iglesia debe acoger a cada persona con respeto y compasión, reconociendo la dignidad inalienable de todo ser humano, incluso en situaciones de fragilidad o de confusión. El equilibrio entre claridad doctrinal y cercanía pastoral aparece como uno de los ejes de la guía.
La educación católica se perfila como el gran escenario de esta discusión. Los obispos exhortan a las escuelas de inspiración cristiana a mantenerse firmes frente a las presiones culturales o políticas que, a su juicio, pueden desorientar la conciencia de las nuevas generaciones. Al mismo tiempo recuerdan que los padres son los primeros y principales responsables de la formación de sus hijos, un derecho que la Iglesia describe también como responsabilidad insustituible.
La defensa de la libertad religiosa ocupa otro capítulo relevante. Los obispos subrayan que toda institución católica tiene la facultad de enseñar de acuerdo con su fe, y que cualquier intento de imponer ideologías contrarias constituye una violación de este derecho fundamental. En este punto, el mensaje episcopal adquiere un tono de advertencia frente a iniciativas legislativas que podrían restringir esa libertad.
La guía concluye con una oración a la Virgen María, presentada como modelo y apoyo en la misión educativa. Encomendando a las familias y comunidades a su protección, los obispos llaman a vivir esta tarea con valentía, fidelidad al Evangelio y confianza en la acción de Dios.
Con este documento, la Iglesia puertorriqueña no solo interviene en un debate cultural y político candente, sino que redefine su papel en la formación de las nuevas generaciones: ser un actor que ofrece certezas en un tiempo en que las identidades parecen diluirse y los discursos se multiplican.
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